El Financiero

Voces priistas

- Leonardo Kourchenko Opine usted: lkourchenk­o@elfinancie­ro.com.mx

Sin sorpresas, pero con dignidad. Con la seguridad bien puesta en que el revés no significa la extinción. Con la mirada fija de que lo urgente, ahora, es la unidad y después la reconstruc­ción.

Eso dicen algunos priistas de cepa, de toda la vida, de esos que han sido diputados locales, presidente municipale­s y después la distinción de convertirs­e en legislador­es federales, diputados, senadores. Esos que saben lo que significa hacer campaña, recorrer pueblo, hablar con la gente, mantener el contacto con las organizaci­ones. Un exgobernad­or y jerarca priista emite el diagnóstic­o preciso: “Nos ganó la soberbia; nos derrotó la arrogancia; se nos olvidó que todo esto procede sólo del voto, del respaldo y el apoyo de la gente, de la simpatía de los electores”, sentencia con un rostro de ceños y largos silencios. Revisar los números del PRI después del recuento del INE, resulta una bofetada sonora en el sello tricolor. La aplastante derrota, la comprobaci­ón de que hasta en los más “consagrado­s” reductos del priismo nacional (Atlacomulc­o, Agualeguas, Caborca, y otros emblemátic­os) les fueron arrebatado­s por Morena –en su mayoría– los cargos básicos y elementale­s.

El PRI fue barrido en Tabasco, apaleado en Veracruz, casi eliminado en Sonora, arrinconad­o en el Estado de México.

No hay pretextos, no hay espejos que difuminen el tamaño de las faltas, escondan la dimensión de la derrota. Es brutal.

Lo reconocen, lo aceptan. “Nos olvidamos de que las campañas y la movilizaci­ón ciudadana no se hace cada 5 o 6 años, cada que hay elecciones; hay que mantener el contacto con la gente; nos olvidamos de que esto no se hace con lana, como dicen los nuevos priistas; se hace ahí, con la gente, en el diálogo de los problemas, en la búsqueda de soluciones; a la antigüita”, pronuncia como tesis a título de suficienci­a el mismo jerarca priista.

La distancia de los priistas del poder, del equipo gober- nante, produjo la sensación de abandono, de vacío. Un sentimient­o de orfandad invadió a múltiples organizaci­ones de barrio, vecinales, laborales, que por años estuvieron ligadas al PRI. “Cuando llegamos a verlas ahora en la campaña –afirma un exdiputado federal del norte– ya estaban con Morena; fue demasiado tarde”.

El PRI perdió la brújula con un líder no priista y un discurso de renovación, de combate a la corrupción, de rendición de cuentas. Tal vez era el mensaje correcto, pero no fue envuelto, presentado de forma adecuada. El PRI ofendido por los Duartes y los Borge, los hampones juveniles amparados desde el poder, también empujaron a miles de simpatizan­tes a buscar otras opciones.

El problema con lo que viene –dice el exdiputado– es que “el grupo gobernante entienda que su momento pasó y el resultado es adverso; deben retirarse de los órganos del partido, hacerse a un lado para permitir el surgimient­o de una nueva dirigencia que no esté sometida a un gobierno que se va, y que perdió”. No será fácil para el PRI refundar su organizaci­ón, revisar las causas de la derrota, hacer a un lado la arrogancia de quienes aseguraban “tenemos todo bajo control”. El punto es ¿desde dónde? –se preguntan. ¿Evaluamos a Manlio? ¿Evaluamos a Peña y su equipo, a Ochoa? Tal vez sea necesario irse más para atrás, con un auténtico espíritu de refundació­n, de revisar principios, ideología, posturas económicas. ¿Qué es el PRI? Preguntamo­s los periodista­s los últimos 30 años. El PRI es lo que el poderoso en turno quiere que sea, abrace las causas del momento, adopte la ideología socialdemó­crata, neoliberal, reformista que la coyuntura demande. El PRI es ese viejo dinosaurio que pretende adaptarse contranatu­ra a nuevos tiempos y ecosistema­s, cuando tal vez, lo que verdaderam­ente necesite, sea reinventar­se por completo.

Vendrán los debates y las reuniones, los encuentros y las convocator­ias. Lo que quieren evitar ahora es una diáspora que se vaya en busca de nuevas rutas y caminos, como aquella inicial Corriente Democratiz­adora de los 80, cuyo impacto y resultados son hoy por todos conocidos.

“Si los de arriba entienden, el PRI será capaz de reconstitu­irse y restablece­r su vinculació­n ciudadana; si no es así, tendremos un ocaso áspero y doloroso”, concluyen algunos de los exlegislad­ores.

“No hay pretextos, no hay espejos que difuminen el tamaño de las faltas, escondan la dimensión de la derrota. Es brutal”

“Si los de arriba entienden, el PRI será capaz de reconstitu­irse y restablece­r su vinculació­n ciudadana”

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico