El Financiero

Cuidado con acordar un TLCAN ‘chafa’

- Enrique Quintana Opine usted: enrique.quintana@ elfinancie­ro.com.mx @E_Q_

En un hecho inusual en los estilos diplomátic­os, una delegación de alto nivel del gobierno de Estados Unidos, incluyendo tres secretario­s, visitará hoy las oficinas del ganador de la elección presidenci­al, Andrés Manuel López Obrador.

Estamos en una época en la que se están rompiendo tradicione­s y reglas, así que no debiéramos sorprender­nos.

Será una visita informal, pues AMLO aún no recibe la constancia de presidente electo que le otorgará el Tribunal (TEPJF) cuando haga el recuento final de los votos.

Sólo como antecedent­e, hace seis años, fue hasta el 27 de noviembre de 2012 cuando hubo un encuentro de Peña y Obama.

Seis años antes, fue el 8 de octubre, cuando Calderón como presidente electo y George Bush,

realizaron un encuentro, sin que hubiera habido antes reuniones de tan alto nivel como la que realizará hoy.

Ni Trump ni AMLO son políticos tradiciona­les y no habría que esperar que siguieran los cánones de la diplomacia.

Ayer, Steven Mnuchin, el secretario del Tesoro, quien será uno de los asistentes hoy al encuentro, señaló que uno de los temas prioritari­os del encuentro será el Tratado de Libre Comercio de Norteaméri­ca.

Aunque no viene a México Robert Lighthizer, el Representa­nte Comercial de Estados Unidos, la renegociac­ión será uno de los temas de fondo. Con Trump todo es de pronóstico reservado, sin embargo, hay elementos para pensar en que ha crecido la posibilida­d de que pronto se encuentre una senda para poder alcanzar un acuerdo, cualquiera que éste sea.

En una entrevista con Financial Times, la futura secretaria de Economía, Graciela Márquez, señaló que el gobierno mexicano está con la voluntad de llegar a un acuerdo, aun si se tratara de un ‘TLCAN 1.5’ en lugar de un ‘TLCAN 2.0’.

Es decir, se ha planteado que es prioritari­o llegar a un acuerdo, así tuviera que proponerse un ‘tratado lite’. Igualmente, Márquez no descartó la posibilida­d de que hubiera un Tratado bilateral, en el extremo, en caso de que no pudiera concretars­e el acuerdo entre los tres países, algo que la actual administra­ción no ha admitido ni como una posibilida­d; un caso que también Canadá ha rechazado completame­nte.

No sería nada extraño que, tras la visita de los funcionari­os del gobierno de EU el día de hoy se refuerce el tono optimista que se ha presentado en los últimos días.

Pero, lo malo es que el optimismo podría deberse más bien a la flexibilid­ad de la posición del próximo gobierno mexicano que a algún cambio en la perspectiv­a de EU.

Hasta ahora, no hay ningún indicio de que el gobierno de Trump acepte que no se incluya la cláusula de terminació­n automática del tratado cada cinco años; tampoco que haya cambiado su perspectiv­a en materia automotriz o agropecuar­ia, por mencionar sólo algunos de los puntos de conflicto, que son innegociab­les para el actual gobierno. El sector privado debiera recordarle al equipo de AMLO que un Tratado comercial es un asunto que va mucho más allá de un sexenio, y que las decisiones que se plasmen en el acuerdo son para los siguientes 20 o 30 años y no para los próximos seis.

Pero, ahora que la luna de miel está apenas comenzando, ¿habrá quien en la iniciativa privada tenga el valor de confrontar una estrategia de AMLO y decir que debe corregirse?

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