Medios militantes
Los principales medios escritos de Estados Unidos decidieron lanzar un manifiesto para ponerle un “hasta aquí” a las invectivas e insultos que diariamente les lanza el presidente Donald Trump. El pleito del magnate con los periódicos viene de lejos. Su turbia historia empresarial dio material para grandes reportajes que, dado el personaje, a veces pecaron de sensacionalistas. A lo largo del tiempo Trump demandó a un buen número de comunicadores y lo único que consiguió es que se documentaran mejor las notas sobre sus trapacerías. El golpeteo del presidente a los periódicos tampoco es gratuito. Durante la campaña de 2016 tanto el New York Times como el Washington Post pusieron notas negativas contra él en primera plana cada mañana. Muchas de ellas exageraban la importancia de los dichos del candidato republicano o los sacaban de contexto. No le daban un trato equivalente a la candidata demócrata, Hillary Clinton. Algo completamente inusual en diarios que acostumbraban cubrir objetivamente las lizas electorales e incluso buscaban un equilibrio entre sus colaboradores de opinión. Existe allá la tradición de que los dueños y directivos le declaren abiertamente su apoyo a uno de los contendientes (endorsement) y eso no tenga correlación con la orientación general de las noticias y editoriales.
Muchos analistas alegan que toda esa cobertura negativa a la que perjudicó fue a la candidata demócrata, porque puso los reflectores todo el tiempo sobre el otro y lo que ella proponía no parecía tan noticioso.
TV MILITANTE
El partidarismo de la prensa escrita es reflejo de lo que se ha observado en la televisión estadounidense desde el comienzo de siglo. Los noticieros se vieron al principio como un servicio público. En 15 minutos le decían a la gente lo que había sucedido en el día en el mundo, el país y la ciudad, además de darle los resultados deportivos, contarle los chismes de Hollywood y advertirle sobre el clima. Pasó mucho tiempo para que ampliaran a media hora su duración y para que tuvieran más de un conductor. Al principio, los diarios no vieron a la televisión como rival e incluso (como en México) patrocinaban los noticieros, con la idea de hacerle publicidad a la versión impresa.
Cuando surgen las tres grandes cadenas y crece la competencia, se hace costumbre interrumpir la programación normal cuando hay informaciones importantes (breaking news). También, que los reporteros salieran del estudio y se fueran a la calle a narrar los sucesos (eyewitness news), lo cual dio más elementos de juicio a los televidentes. Pero también se usaba cada vez más el amarillismo para jalarlos. Desde que apareció CNN en 1980, con un formato de noticias las 24 horas, tuvo un moderado sesgo de izquierda. Ted Turner, su fundador, favorecía a los demócratas y le dio gran difusión al ambientalismo. En 1996 aparecieron dos canales similares: MSNBC, con una orientación liberal, y Fox News, conservador. Para 2008, en la campaña de Barack Obama, ya estaban muy definidos los campos: CNN y MSNBC con los demócratas y Fox con los republicanos.
Lo que ha sucedido desde entonces es que esos canales se volvieron medios de propaganda y crearon audiencias exclusivas. Es decir, los que los ven no buscan otras fuentes para validar la veracidad de la información; están metidos en una cámara de eco en la que sólo escuchan lo que corrobora sus prejuicios. Por eso empezaron a aparecer las fake news; noticias falsas o distorsionadas para personas necias.
La cosa ha llegado a tanto que ahora tienen allá canales de noticias de propaganda abierta de Rusia (RT Today), China (CGTN), Israel (i24 News) y los países árabe (Al Jazeera).
La polarización ha sido un éxito para las empresas televisivas: mientras más conservadoras o liberales se vuelven, más audiencia tienen. Lo mismo está pasando con los periódicos, lo que los está salvando de la quiebra, hacía la que se dirigían por la fuga de lectores hacía el internet.
Lo que nos lleva a la eterna pregunta sobre la primogenitura del huevo o de la gallina. ¿Son los medios los que están creando ese público tan enfrentado? Los candidatos perdedores así lo denuncian: hay una influencia indebida en las elecciones. ¿O es la división y el enfrentamiento social lo que ha originado a esos medios divisivos para expresarse? Algunos estudiosos ven un cambio peligroso en la sociedad.