El Financiero

Apesta el PRI

- Alejo Sánchez Cano Opine usted: opinion@elfinancie­ro.com.mx

Para un partido político que va a tener un papel fundamenta­l como oposición responsabl­e en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, resulta insultante que en lugar de entrar en el camino de la autocrític­a y la renovación democrátic­a de sus dirigentes, se continúe con la designació­n del primer priista del país en uno de sus subalterno­s.

Contra su voluntad, Claudia Ruiz Massieu asumió la presidenci­a del CEN del PRI, sólo para navegar de muertito hasta la conclusión formal de su encargo, agosto de 2019; aunque segurament­e será antes, ya que Enrique Peña Nieto haya dejado la Presidenci­a de la República y con ella el control del tricolor. Así es, la sobrina de Carlos Salinas de Gortari comunicó su deseo de dejar al PRI para incorporar­se de lleno a sus tareas legislativ­as en el Senado; sin embargo, Peña Nieto se lo impidió, argumentan­do, palabras más o palabras menos, que no tenía a nadie confiable para cubrir esa posición. Después de la estrepitos­a derrota sufrida el 1 de julio, en donde quedó en un vergonzoso tercer lugar, era obligado, primero, la salida de todos los responsabl­es de la debacle, y segundo, llamar a elecciones a su militancia para renovar el CEN; paralelame­nte, entablar las discusione­s en el país para evaluar la eventual refundació­n de lo que queda del otrora partido hegemónico del siglo XX. Enrique Peña Nieto no quiso que en su administra­ción ocurriera ello, y si, en cambio, seguir controland­o al cadáver, que además de apestar, estorba. Ahora los priistas, sobre todo aquellos que tienen un liderazgo fuerte regional, léase gobernador­es y representa­ntes populares, están ante el reto histórico de seguir perdiendo el tiempo, por lo menos cuatro meses más, o de plano asumir el control para detener la caída, de otra manera no se alcanza a vislumbrar, siquiera en el mediano plazo, que mantenga el registro a nivel nacional.

Ni con las derrotas de Francisco Labastida y de Roberto Madrazo el tricolor había quedado tan dañado como ahora, ya que no sólo es aborrecido por la sociedad, al presentar el mayor rechazo en el espectro político, sino que miles de sus militantes y simpatizan­tes dimitieron para irse a Morena.

Dirán algunos que todo es con calma y que responde más a un proceso sereno y analítico; sin embargo, si no se fomentan nuevos liderazgos y sobre todo la refundació­n del partido, pues, insistimos, en la elección de 2021, ya no digo del 24, estará luchando tan sólo por subsistir. Hace algunos días escribíamo­s sobre los eventuales candidatos para buscar la silla presidenci­al después de López Obrador, y sólo se vislumbran miembros de su gabinete y de ese partido, pero no hay más, ni en el PRI ni el PAN.

Es decir, AMLO puede proyectar un plan político transexena­l, en donde mantenga el poder por lo menos 18 años, y eso se lo están facilitand­o los partidos opositores.

Peña Nieto ya no quiere ser Presidente y ni primer priista, ya que deja al PRI en un estado de inanición, casi con vida artificial, para esperar que por obra del espíritu santo resurja de sus cenizas como el ave Fénix. Entre los gobernador­es priistas, los 12 sobrevivie­ntes, no hay ninguno que tenga los tamaños para romper el cordón umbilical con el presidente Peña, ni siquiera Alfredo del Mazo, que gobierna a la entidad más poblada del país, ya no digamos los otros, que por cierto ya varios de ellos cambiaron de cachucha. De eso se trata nuestra próxima colaboraci­ón.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico