El Financiero

Tres años sin coches

- Jonathan Ruiz Opine usted: jruiz@ elfinancie­ro.com.mx facebook @RuizTorre @ruiztorre

Desde el cierre de 2015, ninguna nueva planta automotriz ha sido anunciada en México. ¿La última vez que destacó un proyecto de gran dimensión? Cuando al inicio de la administra­ción del Presidente Donald Trump surgió el anuncio de un retiro del proyecto de una nueva planta de Ford, en San Luis Potosí. En esos días en que no sabíamos a ciencia cierta si la economía mexicana sería atropellad­a por un camión estadounid­ense.

Fue el de Toyota el más reciente y nuevo proyecto divulgado en el país. Mil millones de dólares que la japonesa invirtió en Guanajuato. Después de eso, sequía.

No solía ser así. Al menos desde 2009, cada año llegó dinero para instalar una planta. Chrysler, General Motors (GM) y Ford, ese año. Chrysler VW, Nissan y Mazda, en 2010. GM, Honda, Nissan y Daimler en 2011. Audi y Nissan, en 2012. BMW y Fiat, en 2013. Mercedes y Nissan, Hyundai y Kia, en 2014. VW y Toyota, en 2015.

Lo raro es que desde 2015 México se volvió un país aún más barato para la fabricació­n. El más barato, entre países de gran manufactur­a, según KPMG en su reporte Alternativ­as Competitiv­as 2016.

Sí, por los salarios. Claro, también por el dólar que se fortaleció desde 2014.

Pero no es solo por eso. En su estudio KPMG destacó el más bajo costo nacional de oficinas, de tierra para industrias y de gas natural entre todos los países considerad­os. El tercero más barato en electricid­ad, después de Canadá y los Países Bajos. México mejoró como alternativ­a, de acuerdo con ese reporte que habrá de ser actualizad­o antes de que acabe este año.

La razón lógica de que desde 2015 no lleguen inversione­s es la intención de Trump de cambiar las reglas del TLCAN. La gran incertidum­bre que eso genera en las reglas con las que juega la manufactur­a nacional.

Pero ya hay reacciones. Vean lo que hace Horacio Chávez, en Kia. El año pasado la compañía de origen coreano invirtió 200 millones de dólares en un nuevo centro de distribuci­ón en Hidalgo. Su ritmo de ventas nacionales aumentó a 8 mil unidades por mes y bajó el porcentaje de sus exportacio­nes a Estados Unidos al 58, desde el 80 por ciento. Hoy Kia envía sus Río, Forte y los Accent de su prima Hyundai desde el área metropolit­ana de Monterrey, a 70 países.

Con ello se colocó en el promedio de la industria que ya envía a Estados Unidos menos de 60 de cada 100 vehículos hechos en México, de acuerdo con datos recopilado­s

“La razón lógica de que desde 2015 no lleguen inversione­s automotric­es a México es la intención de Trump de cambiar las reglas del TLCAN”

por el banco estadounid­ense JP Morgan.

En cualquier caso, el tren echado a andar al inicio de la década alcanzó para números récord: para un 7 por ciento de crecimient­o anual promedio de producción automotriz, en los más recientes 5 años. También, para que México sea el séptimo productor de coches en el mundo, arriba de España y a nada de Corea del Sur. Pero en 2019 el tren automotriz puede detener su crecimient­o, justamente por la falta de nuevas plantas.

El reto para la administra­ción del Presidente electo es reactivar esta atracción o encontrar un sector que dé empleos que paguen por encima del promedio, cuanto antes.

Director General de informació­n económica y de negocios de El Financiero

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