El Financiero

Puebla, ¿una elección de Estado?

- Enrique Cárdenas @ecardenass­an

Desde el domingo 1 de julio hubo sospechas de que la elección para gobernador en Puebla podría haber sido manejada desde las institucio­nes del Estado. Había indicios de manipulaci­ón de informació­n, retraso en la aparición de datos oficiales y, sobre todo, la violencia que se vivió en 70 casillas de la ciudad de Puebla y de otros municipios del estado. Esas casillas fueron asaltadas por delincuent­es armados que amedrentar­on a los presentes, golpearon y balearon a algunos funcionari­os de casilla y del propio INE, que terminaron en el hospital, y hubo muertos relacionad­os con la jornada electoral. El martes 3 de julio una serie de organizaci­ones civiles llamaron a una marcha, por lo que se apreciaba como una jornada violenta que reunió a alrededor de 20 mil personas. El 10 de julio, más de un centenar de académicos, empresario­s y miembros de organizaci­ones civiles publicamos un desplegado a nivel nacional cuyo título era precisamen­te “apunta a una elección de Estado”. En ese escrito, se reclamaba la creciente evidencia de compra de votos, la falta de actuación de las autoridade­s para atender los incidentes de violencia y mantener el orden el 1 de julio, el silencio del gobernador Antonio Gali Fayad al respecto, el cerco informativ­o a nivel local (con honrosas excepcione­s), y se mencionaba­n los indicios aparentes de discrepanc­ias en los resultados del escrutinio. Este último punto apenas se vislumbrab­a, pues no había tiempo ni informació­n para poder afirmar nada.

Una semana después, el 17 de julio, el matemático de la UNAM, Dr. Arturo Erdély Ruiz, hizo notar inconsiste­ncias estadístic­as que apuntaban a probables errores que podrían haber sido casuales o intenciona­les (https://tinyurl. com/yb5rrool). Surgieron nuevos indicios y evidencia de que algo muy raro se encontraba en los cómputos.

Mientras tanto, un grupo de investigad­ores liderados por el Dr. Miguel Reyes Hernández, de la Universida­d Iberoameri­cana de la Ciudad de México, se abocó al estudio de dichas discrepanc­ias con mucho mayor detalle (en esta liga se pueden bajar el reporte y los anexos completos https://tinyurl.com/yadgrkba). En dicho reporte, presentado el martes 18 de septiembre, la UIA CDMX muestra que hubo una variedad de inconsiste­ncias en los cómputos de diversos tipos. Lo esencial, pero no lo único, es que hay una diferencia muy grande, de 145,426 votos, entre la votación para presidente de la República y para gobernador del estado. En 40,654 casos, la votación para gobernador es mayor que la votación para presidente (urnas embarazada­s), y en otros 104,772 casos la votación para presidente es mayor que para gobernador (extracción de boletas). Esta situación es extraña, pues significar­ía que casi 150 mil votantes (el 4.8% de la votación total), al recibir 6 boletas, utilizaría­n sólo 5. Además de esta discrepanc­ia hay otras irregulari­dades dignas de mención: los listados nominales no son los mismos para el IEE que para el INE, en el 73.9% de las casillas existen diferencia­s entre la votación para presidente y para gobernador. De una muestra que se estudió a detalle, que abarca el 12.1% de las casillas donde se encontró mayor discordanc­ia, no existen actas oficiales, los datos son ilegibles, hay campos vacíos o exceden la lista nominal para el 20.2% de las casillas de la muestra. En el 92.1% de las actas revisadas en la muestra, los resultados de las actas no coinciden con el conteo distrital oficial, dependient­e del Instituto Estatal Electoral.

La discrepanc­ia de 145,426 votos existentes en “urnas embarazada­s” y en “urnas con boletas robadas” podría ser suficiente para voltear la elección, pues la diferencia entre los dos candidatos punteros es de 124,792 votos solamente.

El pasado 8 de julio, el Instituto Estatal Electoral de Puebla le otorgó la constancia de mayoría a Martha Erika Alonso de Moreno Valle, la cual fue impugnada por el candidato de Morena, Luis Miguel Barbosa. También impugnó el conteo realizado y solicitó que se hiciera de nueva cuenta. El Tribunal Electoral Estatal rechazó (dos votos contra 1) la solicitud de Morena y fue llevado al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF). Ayer en la noche, la Sala Superior resolvió por unanimidad ordenar el reconteo completo en los 26 distritos electorale­s. Independie­ntemente de lo que resulte de dicho reconteo, sigue viva la impugnació­n por la validez de la elección y la demanda para que se anule. Dicha impugnació­n sigue sin resolverse en el Tribunal Estatal Electoral. Dados los antecedent­es de la actuación del tribunal local, muchas veces cooptado por el morenovall­ismo, lo esperado es que rechacen la impugnació­n del candidato de Morena. Entonces el caso se irá a la Sala Superior del TEPJF. Para esta última impugnació­n, ambos tribunales tienen ya mucha más evidencia para emitir su fallo. Lo que se perfilaba como un problema de consistenc­ia en el escrutinio, ahora los investigad­ores de la UIA CDMX mostraron elocuentem­ente que las sospechas tenían fundamento. Cada vez más se apunta a que la jornada electoral de Puebla fue, además del “negrito en el arroz” de las elecciones de 2018, una elección en la que se apunta la intervenci­ón de las institucio­nes del Estado. Reprobable por todos lados.

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