Goldman Sachs enfrenta serias acusaciones
En 2010, Goldman Sachs enfrentó una amenaza casi existencial. Cuando Goldman fue demandado por la Comisión de Bolsa y Valores (SEC, por sus siglas en inglés) de EU debido a acusaciones de que había engañado a los clientes con respecto a los valores respaldados por hipotecas, los correos electrónicos internos del banco reflejaban la actitud arrogante motivada por interés propio que había ayudado a causar la crisis financiera mundial. Sus ejecutivos fueron atacados por el Senado estadounidense y sus rivales intentaron aprovecharse. Pero el entonces director ejecutivo, Lloyd Blankfein, actuó rápidamente para amortiguar el golpe. El banco pagó 550 millones de dólares para resolver las acusaciones, inició una revisión cultural a fondo y pasó 18 meses visitando a los clientes para asegurarles que Goldman había recibido el mensaje sobre la importancia de la conducta ética y estaba poniendo a los clientes en primer lugar. Funcionó. Goldman se recuperó más rápidamente de la crisis que muchos de sus competidores, adquirió nuevos negocios y se lanzó a nuevos mercados. Lidera la tabla clasificatoria del Financial Times este año en cuanto a comisiones tanto en capital como en fusiones y adquisiciones, y ocupa el segundo lugar en términos generales solamente detrás de JPMorgan. Pero un nuevo escándalo amenaza con socavar las afirmaciones de Goldman de ser más limpio y más ético, y plantea dudas sobre si sus líderes perdieron el control de su imperio en medio de su fervor por el crecimiento.
La semana pasada, el Departamento de Justicia de EU reveló que dos exbanqueros de alto nivel de Goldman habían sido acusados penalmente de ayudar a saquear 1MDB, un fondo de inversión estatal de Malasia que, según las autoridades, fue víctima de uno de los mayores fraudes de todos los tiempos.
Goldman, que obtuvo 600 mi- llones de dólares — una participación inusualmente alta — por la suscripción de tres ofertas de bonos de 1MDB de 6.5 mil millones entre 2012 y 2013, está bajo investigación. Advirtió a los inversionistas que sus posibles pérdidas relacionadas con los procedimientos legales, incluyendo 1MDB, podrían alcanzar 1.8 mil millones por encima de la cantidad que el banco había destinado anteriormente para tales asuntos. Un portavoz declinó hacer más comentarios.
En cierto modo, Goldman está en una posición mucho más fuerte que en 2010. La ira contra los bancos se ha aliviado, y la SEC está controlada por republicanos que han planteado públicamente sus dudas sobre la eficacia de las grandes multas. El papel de Goldman en el escándalo de 1MDB se ha estado filtrando durante varios años y el precio de las acciones terminó al alza la semana pasada. Pero las acusaciones tienen el potencial de ser mucho más profundas esta vez. En 2010, el liderazgo de Goldman pudo distanciarse del furor; los peores correos electrónicos fueron escritos por un operador de nivel medio que tenía sólo 31 años cuando estalló el escándalo. Esta vez, un exsocio, Tim Leissner, se ha declarado culpable; un exdirector gerente, Roger Ng, ha sido acusado de delitos de lavado de dinero y soborno; y el banco puso a Andrea Vella, excodirector de la banca de inversión asiática excluyendo a Japón, en licencia, después de que el Departamento de Justicia alegó que un director gerente, cuya descripción le corresponde, conocía las actividades del Sr. Leissner. En este momento, el Sr. Vella no ha sido acusado de irregularidades.
Los fiscales también escribieron que la “cultura empresarial del banco. . . en particular, en el sureste de Asia, estaba muy concentrada en firmar acuerdos, a veces priorizando este objetivo sobre el funcionamiento adecuado de sus funciones de cumplimiento”.
Las operaciones de 1MDB fueron examinadas por al menos 30 ejecutivos de Goldman, incluyendo el Sr. Blankfein y su sucesor David Solomon, afirmaron varias fuentes al Financial Times. Pero se habían enfocado en asegurarse de que los funcionarios de 1MDB comprendieran completamente que habían elegido una estructura de recaudación de fondos que le permitiría a Goldman ganar sumas inusualmente grandes a cambio de asumir un riesgo adicional. Ahora el Sr. Solomon necesita demostrar que el banco toma suficientemente en serio estas acusaciones para hacer preguntas difíciles sobre cómo y de dónde provienen las ganancias. Esta vez, los inversionistas y los clientes deben insistir en que otra gira pública de escucha no los convencerá tan fácilmente.
Las imputaciones sobre las relaciones del banco con 1MDB pueden tener un gran impacto