Cuando arte y devoción se encuentran
Son nómadas con base en Nueva York. Angelika Baumbach y Markus Sieber llevan 15 años caminando por el mundo con un sólo propósito: crear música dirigida a la elevación del espíritu. Ella, mexicana, es multiinstrumentista: toca arpa, piano y armonio; él, alemán, la guitarra y el ronroco, un instrumento argentino parecido al charango con pedales. Ambos cantan y escriben la letra de sus canciones en varios idiomas, fusionadas con cantos tradicionales de América y mantras de Kundalini Yoga.
Ellos son Mirabai Ceiba y tienen 14 discos grabados, en los que han desarollado una fusión de instrumentos acústicos, electónica y voz. El trabajo de este matrimonio de artistas surgió -cuentan en entrevista- a partir de la práctica del yoga. Fue en comunidades de yoguis donde comenzaron a tocar en conjunto, y ahora recorren escenarios del mundo como proyecto artístico, y se presentarán el jueves próximo en la CDMX, en el Auditorio BlackBerry. Estarán acompañados por un tecladista, un percusionista y un flautista. “Lo que me ha inspirado para tocar ante públicos de diferentes países, idiomas y religiones es que en virtud de la música nos unimos todos en una sala de conciertos y se puede crear un momento de reconocimiento: que en realidad estamos aquí en un viaje de humanos con las mismas características. Ese reconocimiento es uno de nuestros grandes propósitos”, explica Angelika Baumbach. La agrupación toma su nombre de una poetisa de la India que hace 500 años se abrió paso como devota del dios Krishna en un ámbito sólo permitido hasta entonces a los hombres, y del árbol de raíces profundas y altas ramas.
“Nos gusta la idea de tocar el mundo espiritual con nuestro caminar por esta Tierra”, concluye la artista. Rosario Reyes