DESTILADO
í existen los matrimonios perfectos. “Entre el ron y los puros hay una armonía excepcional que los destaca a ambos", asegura el
Miguel Ángel Martínez. “Reafirman sus sabores. Con ron añejado se fusionan las notas a caramelo, chocolate y canela del destilado con el humo del tabaco; quienes lo prueban, difícilmente lo dejan”. El maridaje entre puros, habanos –se producen sólo en Cuba– y destilados tiene una larga lista de combinaciones entre las que destacan los licores con añejamiento como whisky, tequila y bourbon. Cada una depende de encontrar la suma de sabores ideales. Favorecer la digestión, convivir con amigos, cerrar tratos y relajarse son las principales razones por las que se combinan. Una vez elegida la marca tanto de ron como de habano o puro, para prolongar el disfrute, Martínez recomienda extenderlo al terreno de la repostería.
“Una cucharadita de un postre, una bocanada de humo y luego el trago de destilado hasta que cualquiera de los tres se acabe. Se debe intentar con tiempo y abrir gusto y olfato para percibir mejor los sabores”, destaca.
Postres elaborados a base de chocolate y caramelo son los ideales, como el volcán o el flan. El experto asegura que le aportan humedad al paladar y resaltan las notas del tabaco y el licor. “El puro o habano es el único producto en el mundo que lo cambia de señor a caballero, inténtelo”, aconseja Martínez.
Asimismo, Óscar Valle, embajador de Bacardí, recomienda intentar también con coctelería, con tragos como Old fashion y Manhattan.