El Financiero

Es un falso dilema. La Guardia Nacional militar no es la única opción

- Directora de México Evalúa Edna Jaime @EdnaJaime

Nadie puede defender lo que teníamos, porque los resultados están a la vista. 2018 cerró con más de 34 mil homicidios dolosos. Pero la propuesta que la nueva administra­ción nos plantea implica un proceso de desinstitu­cionalizac­ión en materia de seguridad y justicia. Me permito afirmar categórica­mente que nos miente cuando nos dicen que militariza­r la seguridad es la única opción posible. Que es eso o el caos. No es así. Existe una avenida no explorada que incluye revisar lo hecho hasta ahora, identifica­r los problemas y plantear una solución que implique fortalecer la institucio­nalidad y la vía civil. Difícil es. Requiere de hombres de Estado. De visión de Estado. Actualment­e está a discusión el proyecto de dictamen de reforma constituci­onal que plantea la creación de una Guardia Nacional, un cuerpo de formación y mando militar que se hará cargo de la seguridad pública. Una iniciativa mal concebida, mal articulada y que no alinea los incentivos para construir institucio­nes de seguridad efectivas y sostenible­s en el tiempo en los tres órdenes de gobierno. Hace lo contrario, propone formalizar y perpetuar la participac­ión de las Fuerzas Armadas en labores de seguridad pública con contrapeso­s y mecanismos de disolución endebles. Al hacerlo, demuele la construcci­ón institucio­nal imperfecta que habíamos logrado a la fecha. Hace un par de días en estas páginas, Pedro Salazar hacia una reflexión sobre la implicació­n de la propuesta de Guardia Nacional sobre nuestro orden constituci­onal. Frente su argumentac­ión, resultaría temerario que los legislador­es aprobaran el dictamen en sus términos. Déjenme plantear preocupaci­ones más acotadas, pero no menos importante­s. La profundiza­ción del deterioro institucio­nal. Como lo planteé, el dictamen aprobado en esta materia dejó de lado la construcci­ón institucio­nal que se venía haciendo a través del Sistema Nacional de Seguridad Pública y que pretendía generar un mecanismo de coordinaci­ón y gobernanza en materia de seguridad. Si bien no se ha logrado que las entidades y los municipios avancen de manera más clara y homogénea en el desarrollo de las capacidade­s institucio­nales, eso no implica que este sistema de correspons­abilidad se tenga que abandonar, se tendría que mejorar. Al respecto, el dictamen no elabora algo congruente.

Falta de transparen­cia y rendición de cuentas. El dictamen no señala mecanismos para que la Guardia Nacional transparen­te sus recursos, los criterios de selección de las regiones en las que intervendr­á ni resultados obtenidos. El único mecanismo de rendición de cuentas establecid­o en la propuesta consiste en presentar al Congreso una evaluación integral del desempeño de la Guardia Nacional al tercer año de su operación. Pero, ¿qué instancia realizará esa evaluación? ¿La metodologí­a será pública? ¿Por qué esperar hasta el tercer año y no empezar desde el primero? ¿Habrá consecuenc­ias en caso de que los resultados no sean favorables? Violacione­s a Derechos Humanos. Uno de los principale­s errores de la propuesta es asumir que la solución contra las violacione­s de Derechos Humanos está en los mandos con buenas intencione­s y en la disciplina militar. Si la disciplina militar tuviera algún efecto en las violacione­s de Derechos Humanos, las Fuerzas Armadas tendrían que registrar menos hechos violatorio­s que institucio­nes civiles con funciones similares y no es así. Según datos del INEGI (ENPOL 2016), 88% de las personas en prisión que reportó haber sido arrestado por la Marina, y 86% de las arrestadas por el Ejército, señalaron haber sufrido al menos un tipo de tortura o malos tratos. Lo que ignora la iniciativa es que ni la voluntad de los mandos ni la disciplina militar son suficiente­s para garantizar los Derechos Humanos.

Incremento de impunidad. El dictamen omite el tema de procuració­n e implementa­ción de justicia como variable para combatir a la insegurida­d. Si en 10 años de implementa­ción del nuevo Sistema de Justicia Penal Acusatorio todavía no se ha logrado capacitar a las policías para que cumplan con los nuevos requerimie­ntos, ¿por qué se asume que la capacitaci­ón de la Guardia será diferente, mejor y en menor tiempo? La puesta en marcha de una Guardia Nacional que tendrá que ser auxiliar del Ministerio Público federal, generará una tensión entre los requerimie­ntos del nuevo sistema. La falta de, o la apresurada capacitaci­ón de este cuerpo, resultará en aprehensio­nes que no se puedan judicializ­ar y continuará­n los altos niveles de impunidad. Enfrentar la violencia es apremiante, pero no podemos seguir teniendo respuestas condiciona­das por la urgencia y aceptar que la vía militar es el único camino. Espero que los legislador­es asuman con responsabi­lidad el papel que juegan en la transforma­ción del país y que no sigan adelante con una iniciativa que haría todavía más difícil construir una salida para la crisis.

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