Oposición, con lenta respuesta en desabasto
Los partidos de oposición en México continúan pasmados después de su derrota electoral de julio de 2018, y si esta incapacidad se mantiene es seguro que perderán en las próximas elecciones que se llevarán a cabo a mediados de este año en seis estados.
El PAN, que es el que tiene más que jugar en la jornada electoral de 2019, ya que los comicios se llevarán a cabo en estados que gobierna, tendrá que ser mucho más reactivo si quiere reposicionarse. Tuvieron que pasar cinco días desde que inició el desabasto de gasolina, para que los panistas recordaran el ADN de defensa ciudadana que los movilizó durante años y que finalmente los llevó al poder en el año 2000.
Fue hasta ayer que su dirigente nacional, Marko Cortés, habló de apoyar a los ciudadanos que quieran demandar al gobierno federal por el desabasto de gasolina que afecta a 10 entidades del país. El dirigente de la principal oposición culpó de manera directa al presidente Andrés Manuel López Obrador del desabasto de combustible, y señaló que su partido prepara la ruta jurídica para orientar y apoyar a los ciudadanos que presenten denuncias contra el gobierno.
Lo cual nos muestra que sus reflejos como partido de oposición para volver a acercarse al electorado que los abandonó en las pasadas elecciones, están todavía muy lentos.
En la conferencia de prensa de ayer, Marko Cortés ni siquiera tuvo la claridad para explicar a los ciudadanos la ruta jurídica para demandar al gobierno, y señaló que harán un formato con todas las características legales y lo pondrán a disposición de la sociedad “para que de forma individual pueda presentar su queja ante estos lamentables hechos”. Es decir, apenas están buscando los mecanismos jurídicos y antes de esto, al igual que los demás partidos políticos, a lo único que se habían dedicado es a hacer declaraciones que no los acercarán con los ciudadanos, que ya mostraron su hartazgo.
En definitiva el desabasto se ha convertido en una oportunidad que dejó pasar la oposición.
GOLPETEO EN QUINTANA ROO
Mientras en el Congreso continúan las audiencias sobre la Guardia Nacional, los costos sociales de la delincuencia se utilizan para el golpeteo político, como es el caso de Quintana Roo, en donde el gobernador Carlos Joaquín culpa de la violencia a la alcaldesa de Solidaridad, Laura Beristaín.
Y utilizar algo tan sensible para la población como la delincuencia para hacer proselitismo electoral se puede convertir en un verdadero problema para cualquier gobierno. En Quintana Roo habrá elecciones del Congreso local en este año, y después del triunfo obtenido por Morena en el país en las pasadas elecciones, se prevé que este partido tenga excelentes resultados, lo cual impactaría la capacidad de gobernar de Carlos Joaquín.
Y si a eso añadimos que el gobernador se salió del PRI para ser candidato de la alianza PAN-PRD-MC y por lo tanto tiene compromisos con esos partidos políticos, lo que le impide tomar decisiones, podemos asegurar que las cosas se le complican.
Y además de eso envía a su secretario de Seguridad Pública, Alberto Capella, a destrozar la imagen de Playa del Carmen, lugar turístico por excelencia en nuestro país. Parece que al gobierno no le importa impactar negativamente en el turismo de Playa del Carmen y Cancún, que son los principales polos del país en la captación de divisas y que han sido piezas claves para colocar a México entre los diez destinos turísticos más importantes del mundo.