El negocio de consentir a la delincuencia
El gran negocio es NO TERMINAR con la delincuencia y sus centros de capacitación superior son los penales, donde también se desarrollan negocios muy lucrativos. Negocios legales y no legales. El Sistema Penitenciario Nacional es un negociazo desde adentro y desde afuera, ofrece beneficios a empresas, particulares y políticos o hermanos de políticos.
Y en algún punto, si se trata de resolver la inseguridad en el país, AMLO tendrá que atender una serie de irregularidades que de alguna manera son el foco mismo de la inseguridad. Es decir: si se quiere derrotar a la delincuencia tendrá que ponerse en orden a los penales.
Si de lo que se trata es de derrotar a la delincuencia tendrán que aceptar la necesidad de hacer una radical transformación de las penitenciarías así como la revisión de una serie de contratos que definen las relaciones entre “el mundo exterior” y el infierno de los penales. Como por ejemplo: la “privatización” de las cárceles Federales. En el país hay 21 reclusorios Federales de los cuales 8 son “privatizados”, administraciones privadas a las que el Gobierno Federal paga por interno “atendido”. Por cada recluso se paga a las empresas que administran esos centros poquito menos de mil 500 pesos según fuentes confiables.
El modelo que copiamos de los estadounidenses, que ahora ofrece distorsiones importantes en el país vecino, modelo que comienza a ser revisado, es un modelo que se ha aplicado en el país “a la mexicana”.
Basta haber conocido las intenciones de algunas empresas norteamericanas que manifestaron su interés en administrar cárceles Federales mexicanas pero no pudieron hacerlo debido... a las cuotas extraordinarias que estaban siendo exhortadas a cubrir por la celebración de los contratos. Esto posiblemente pudiera ser negado rotundamente por alguno de los tres hermanos de Miguel OSORIO CHONG, cuando era Secretario de Gobernación, citados por los representante de esas compañías que salieron de México especialmente molestas por el “MEXICAN MODEL”. Pero pocos saben que en las cárceles “privatizadas” hay una subocupación, es decir, hay menos reclusos de lo que las capacidades instaladas de esos centros penitenciarios permiten.
Y que a pesar de que atienden a menos reclusos que su capacidad permite , el Gobierno Fedederales ral tiene que pagar el contrato como si la cárcel estuviera ocupada al 100 por ciento.
En el caso absurdo de pensar que no tuvieran un solo recluso, de todas formas el Gobierno estaría condenado a pagar el 100 por ciento de los sitios disponibles.
Así lo dice el contrato, que también por cierto, acepta un sobre precio importante tomando en cuenta algunas comparaciones. Mientras que un recluso en los otros centros penales el costo de mantenimiento por penal es de 200 pesos diarios, la cuota por recluso en una cárcel privatizada es ligeramente inferior a los mil 500 pesos por día.
Y se paga mes por mes por el 100 por ciento de los reclusos en posibilidad de ser atendidos estén o no estén. Con un sobreprecio alto en relación a lo que cuestan los reclusos en otros penales en los que por cierto también purgan sus penas delincuentes que deben de ser trasladados a un penal Federal por haber cometido un delito Federal.
Es decir, los delincuentes Fe- debieran de ser trasladados a un penal Federal pero siguen privados de su libertad en penales no Federales. En realidad, por su manutención, se paga dos veces: una en el penal en donde purga su pena y por un lugar que no ocupa para purgar su pena.
La ley debiera marcar claramente un hecho: delito Federal se purga en un Penal Federal. Para no hablar de que se ha consentido que los penales sean centros de capacitación del crimen o incluso “CALL CENTERS” desde donde se sigue permitiendo que se realicen extorsiones vía telefónica llegando incluso al absurdo de permitir que los secuestrados sean cuidados en el mismo penal en donde se negocia la liberación del privado de su libertad por la delincuencia.
¿Puede usted creerlo? Sólo en México, en serio. ¿Imagina en un centro penitenciario la realización de un palenque, peleas de gallos y carreras de caballos? Pues en México se ha dado el caso. Continuaremos ....
“Si de lo que se trata es de derrotar a la delincuencia tendrán que...hacer una radical transformación de las penitenciarías”