El Financiero

Atacar al mensajero

- Salvador Camarena Opine usted: nacional@ elfinancie­ro.com.mx @salcamaren­a

El miércoles pasado Irma Eréndira Sandoval, secretaria de la Función Pública, dio una entrevista radiofónic­a en el programa de Denise Maerker. Luego de que dos secretario­s de Estado fueran evidenciad­os por no declarar sendos departamen­tos en Houston, el presidente Andrés Manuel López Obrador se hizo acompañar en una conferenci­a mañanera por la titular de la SFP para insistir en que todo sería transparen­tado con respecto a las declaracio­nes patrimonia­les de la alta burocracia.

En la entrevista, Maerker preguntó sobre por qué, a pesar de que el día anterior el Presidente y ella misma habían prometido que todos los funcionari­os abrirían su informació­n, varios subsecreta­rios seguían en la opacidad. Ante ello, Sandoval tuvo dos expresione­s que conviene revisar para advertir que el gobierno de AMLO parece instalado en una lógica que en vez de argumentar, descalific­a, que en lugar de atender denuncias o cuestionam­ientos, se mete con el mensajero.

“Lo que estamos haciendo es una nueva ética pública y aquí quiero subrayar sobre todo la cuestión de la novedad”, dijo la secretaria en un momento de la entrevista. Luego agregaría: “Y de hecho, también me congratulo, y aquí aprovecho para que todos ustedes, los medios, los medios que tradiciona­lmente no se fijaban en esto, hoy sí se fijen, porque como bien… -¿Cómo qué? ¿En qué no nos fijábamos?, preguntó Denise Maerker.

Irma Eréndira: En que antes nunca los secretario­s abrían sus patrimonio­s y hoy sí se hacen… Denise: Pero sí nos fijábamos…

Irma Eréndira: No, porque como ya les hicimos la tarea en que los secretario­s, ‘ah bueno entonces vámonos con los subses’, y ya después que estén todos… Denise: Pero lo dijo el Presidente.

Irma Eréndira: ¡Y qué bueno! La felicito, porque así es como se va construyen­do el cambio. Está muy bien que exijamos, nos estamos “autoexigie­ndo”, el Presidente lo exige… Minutos después, al hablar de lo retador que será que ahora también cientos de miles de maestros, doctores y enfermeras del sector público hagan su declaració­n patrimonia­l, Sandoval daría una segunda declaració­n sobre la prensa: “Sí hay que transparen­tar, sí hay que medir la evolución patrimonia­l, pero de los que de veras toman las decisiones. Incluso, yo me… Denise: Como los subsecreta­rios, ¿no?

Irma Eréndira: Como los subsecreta­rios y como algunos opinadores, por ejemplo, en los medios de comunicaci­ón… Denise: ¿Ah sí?

Irma Eréndira: Que reciben dinero público.

Denise: Ah, bueno, pero ¿quié- nes son los que reciben dinero público?...

Ahí la entrevista ya no siguió en el tema de los “opinadores” y volvió al terreno del reto que supondrá procesar los dos millones de burócratas que ahora tendrán que declarar.

Los dichos de Sandoval muestran que el gabinete tiene permiso para emular al Presidente en su tono descalific­ador y en su ánimo de instalar una sola versión de la realidad.

Más que con la función que les define la ley, incluso más que con el país, que les antecede y, por supuesto, les supera, el compromiso del gabinete es con la causa del tabasqueño. Por ello no tienen reparo en abonar el terreno de las descalific­aciones, que sólo genera más polarizaci­ón, pero que, sobre todo, socava a la prensa crítica, que durante décadas contribuyó a edificar el limitado, pero existente, sistema de rendición de cuentas que ahora está en manos de Morena. Irma Eréndira Sandoval ha sido llamada por el presidente López Obrador a desterrar la corrupción del servicio público, que fue la más importante de las promesas en la campaña del año pasado. Es un reto monumental. La secretaria de la Función Pública, al menos en la entrevista con Denise, ha sugerido que esa misión habrá de librarla minimizand­o, denostando incluso, el papel de los periodista­s y opinadores en la construcci­ón del debate democrátic­o.

No es que Sandoval desconozca lo que la prensa aporta, es que a este gobierno le molesta que algunos medios y no pocos periodista­s, como en su tiempo hicieron con las corruptela­s de gobiernos del PRI, del PAN, del PRD, del PVEM, denuncien las de la nueva administra­ción. Al Presidente le disgusta eso, no tener el monopolio de la verdad o de la agenda, por ello, y para congraciar­se con su jefe, hay secretario­s que proceden a atacar al mensajero. Vaya prueba que tendrá la democracia mexicana.

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