DARÍO CELIS
LA CUARTA TRANSFORMACIÓN
El domingo por la noche Alfonso Romo tuvo un breve intercambio de opiniones con el presidente Andrés Manuel López Obrador. Estaban ultimando detalles del evento del lunes en Palacio Nacional. Como es público, el Jefe de la Oficina de la Presidencia fue presentado ante todos los empresarios como cabeza del nuevo Consejo para el Fomento a la Inversión, el Empleo y el Crecimiento Económico.
Pero horas antes, Romo estaba planteándole a AMLO un tema crucial, delicado, más sensible que la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), donde perdió la batalla con los duros.
Se trataba de los riesgos que significa alentar las reformas a la Ley de Pemex, que devolvían todo el poder al director general y pasaban por encima del Consejo de Administración y el gobierno corporativo.
El tabasqueño fue receptivo y escuchó a Romo, de ahí que pasada la presentación del nuevo consejo y dejado atrás el espaldarazo al tataranieto de Francisco I. Madero, el martes frenara la iniciativa.
Iba a entrar ayer, pero bastó el manotazo del Ejecutivo para que el presidente de la Comisión de Energía, el morenista Manuel Rodríguez, bajara la iniciativa de su compañera de partido, Karla Yuritzi Almazán.
Es una victoria parcial de Romo frente a Carlos Urzúa, el cada vez más poderoso secretario de Hacienda, que junto con Octavio Romero, director de Pemex, y el diputado Mario Delgado, vaya que la empujaron.
Pemex se ha convertido en un jugoso botín en el círculo más cercano a López Obrador y vaya que se lo están disputando. Para Urzúa es estratégico controlarlo, vía Romero.
Delgado, el líder de la bancada de Morena en la Cámara de Diputados y que aspira a dirigir Pemex, terció dejando pasar la iniciativa. Pero ninguno de los tres esperaba que su jefe la vetara.
Otra que también le atizó a la reforma de Pemex fue la secretaria de Energía, Rocío Nahle, que trae pleito casado con Romero y busca a toda costa influir en la llamada empresa productiva del estado.
Una muestra de esas vencidas fue el episodio de Miguel Ángel Lozada, el director de Pemex Exploración y Producción que puso Romero y que Nahle torpedeó y casi tira con la denuncia de la Estafa Maestra.
Antes, se grillaron por el control del proyecto enigmático de la Cuarta Transformación: la refinería de Dos Bocas. Nahle quiso imponer como encargado a Alberto Celestinos pero Romero mantuvo a Jorge Arganis.