CASTIGO A CURAS PEDERASTAS EL PAPA DIO A CONOCER 21 PROTESTAS PARA CASTIGAR A CLÉRIGOS PEDERASTAS Y TENER ASÍ, A SALVO A LOS NIÑOS . PROPONE EVALUACIONES PSICOLÓGICAS Y UN PROTOCOLO PARA DENUNCIAR.
Los sobrevivientes de abusos demandaron a transparencia y el fin al encubrimiento
El papa Francisco inauguró la cumbre, histórica y sin precedentes, sobre prevención de abusos sexuales en la Iglesia contra menores de edad, al ofrecer a los obispos y otros líderes religiosos 21 propuestas para castigar a los pederastas y mantener a los niños a salvo, luego de advertir que los fieles exigen acciones concretas y no sólo palabras.
El documento repartido a los líderes religiosos propone realizar evaluaciones psicológicas y establecer un protocolo de acción ante las denuncias.
El tono de la cumbre de cuatro días, se impuso desde el inicio, con víctimas de todo el mundo relatando a los obispos el trauma de los abusos que sufrieron y el dolor adicional que les causó la Iglesia con su indiferencia inicial. “Escuchen el clamor de los niños que quieren justicia” y aprovechen la ocasión para “transformar este mal en una oportunidad de comprensión y purificación”, dijo Francisco a los 190 líderes de conferencias episcopales y órdenes religiosas, que asisten al encuentro.
“El pueblo santo de Dios está observando y espera no solo condenas simples y obvias, sino que se establezcan medidas eficientes y concretas”, agregó.
Más de 30 años después del estallido del escándalo de pederastia en Irlanda y Australia y a 20 años de que salpicara a Estados Unidos, obispos y líderes católicos de todo el mundo siguen negando la existencia de abusos sexuales por parte del clero o minimizan el problema.
El cardenal colombiano Rubén Salazar Gómez advirtió que los líderes eclesiásticos podrían enfrentar no solo sanciones canónicas, sino también la cárcel por encubrir abusos si no atienden apropiadamente las denuncias.
Los sobrevivientes de abusos acudieron en masa a Roma para exigir responsabilidades y transparencia a los líderes eclesiásticos y exigieron al Vaticano que publique los nombres y expedientes de los sacerdotes acusados de cometer esos delitos.