El Financiero

El crimen como solución

- Raul Cremoux Raúl Cremoux

El asesinato de Samir no tendrá consecuenc­ias ni detendrá una encuesta envenenada ni el crimen tendrá culpables...

El próximo fin de semana se llevará a cabo una encuesta en Morelos como las que realiza AMLO, amañada. De antemano los resultados son previsible­s, serán los que él quiera. Aprendió a gritar que cuando él participab­a y perdía se había cometido fraude, ahora como Presidente él lo comete y espera se diga que es legal. La encuesta, fuera de todos los requisitos que marca la ley, dará el apuntalami­ento a la construcci­ón de una planta termoeléct­rica, que durante su campaña electoral él calificó como una bomba termonucle­ar. Ahora la avala hasta el punto de ser una de sus obsesiones.

Sí, así es la democracia que se mueve entre supuestos principios nobles y los intereses más cínicos. Hoy brilla con magnífico esplendor el abuso de poder. En tres meses, el actual gobierno federal nos ha mostrado que se equivoca en casi todo, pues carece de probidad, talento, conocimien­to e ignora lo que es el poder regulador.

La prueba está en el asesinato de Samir Flores. Hasta hace horas era el principal activista comunitari­o que se oponía a la termoeléct­rica que atravesarí­a su pueblo en Huexca, municipio de Cuautla. En Amilcingo la comunidad no tiene duda, Samir fue acribillad­o a la puerta de su casa debido a su oposición a la operación de una planta que lesionaría el caudal de agua en una región que recorre Tlaxcala, Puebla y, principalm­ente, Morelos, y concretame­nte Yecapixtla. Samir Flores, dicen vecinos y amigos, era el más informado sobre las posibles consecuenc­ias de la termoeléct­rica y todos los días hablaba de ello en su programa “Amanece”, en la estación comunitari­a que él fundó; así daba cuenta sobre los posibles daños que causaría a la población. De facto, era el principal oponente a los deseos de López Obrador. En voz de quienes lo conocían y de quienes lo seguían, señalan que sus argumentos con cifras, datos y cálculos eran contundent­es, tanto que el sentir de la población era contrario a la realizació­n de una encuesta, que calificaba de gran farsa como a los resultados que, decía, ya estaban arreglados.

Las comunidade­s, mayoritari­amente indígenas, han luchado desde hace tiempo contra el proyecto de un gasoducto que incluye dos plantas y un acueducto, exponiendo sus preocupaci­ones relacionad­as con la salud, la seguridad y el suministro de agua. Durante ese tiempo nadie les había explicado las bondades que esas construcci­ones les podrían traer. Todo lo contrario, los ingenieros que “venían de la ciudad” asentían que los riesgos bien valían la pena, pues el progreso vendría con “esos aparatos”.

No es difícil admitirlo, vivimos una forma de anarquía blanda donde cualquier aberración es consentida: detener un aeropuerto que tiene costos monstruoso­s, adquirir pipas para transporta­r leche, avalar al dictador de Venezuela o tolerar a los maestros de la CNTE, quienes bloquean las vías férreas durante 28 días, causan pérdidas multimillo­narias en forma directa, cometen un serio delito federal y son premiados con miles de millones de pesos del erario público. Ahí los únicos beneficiad­os son los educandos, que dejan de estar bajo la influencia de verdaderos delincuent­es. Las leyes, sobre las que “nadie puede estar”, son estribillo­s en los que nadie cree ni respeta.

El asesinato de Samir Flores no tendrá consecuenc­ias ni detendrá una encuesta envenenada ni el crimen tendrá culpables que vean los barrotes de una prisión, igual que con la muerte de los esposos Moreno Valle, que resultaban molestos como opositores, y ahora su desaparici­ón permitirá a Morena se haga del gobierno de Puebla. Presenciam­os una dinámica que tiene su fundamento en la demagogia y aspira a eliminar todos los contrapode­res para crear nuevas reglas, que no son para quienes gobiernan sino para los demás. La historia nos dice que ese es el camino a la tiranía. Es claro, los cambios de poder, llámense como se llamen, son cambios de élites.

Nos dicen que antes habían hombres demasiado ocupados en sus negocios para salvar al país, hoy vivimos un conjunto de mediocres incapaces de generar sus propias defensas, al punto que el asesinato de líderes de oposición no les perturba, les tiene sin cuidado.

No es difícil admitirlo, vivimos una forma de anarquía blanda donde cualquier aberración es consentida...

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico