El Financiero

NAIM, Tren y Paso Exprés, los espejos para mirarse

- Directora de México Evalúa Edna Jaime @EdnaJaime

Los informes de la Cuenta Pública que realiza la Auditoría Superior de la Federación (ASF) en su esencial tarea de fiscalizac­ión, deberían servir para mucho más de lo que hoy sirven. Y no sólo me refiero al hecho de que no haya consecuenc­ias administra­tivas o penales a las faltas que identifica en sus tareas de fiscalizac­ión, también me refiero a la poca relevancia de sus hallazgos en la toma de decisiones de política pública. Aunque es cierto que la Auditoría hace lo que la ley le mandata, considero que debería hacer más para hacer su trabajo relevante. Nada sencillo porque no depende solamente de su quehacer, sino de la confluenci­a con otras instancias del Estado. El Congreso, la Fiscalía, la Función Pública. De ahí el sentido de crear un sistema anticorrup­ción, para que en los espacios de responsabi­lidad compartida exista fluidez, colaboraci­ón y, por tanto, eficacia. De las muchas aristas que pueden explorarse del trabajo de la ASF, me gustaría señalar una: las lecciones que puede tomar la actual administra­ción de lo que salió mal en la gestión de su antecesor. Y no me refiero únicamente a hechos que pueden clasificar­se como corrupción, sino errores de gestión que costaron muy caro al gobierno y también al ciudadano como receptor de bienes y servicios públicos. Los informes de Cuenta Pública de la Auditoría pueden leerse con distintos lentes: el de auditor que busca irregulari­dades para aclararlas, corregirla­s o sancionarl­as; y también el del ejecutor de gasto y servidor público que debe encontrar en estos informes elementos para mejorar su desempeño.

Y un ámbito que merece ser desmenuzad­o por esta administra­ción es lo que concierne a la inversión en infraestru­ctura física. Porque por la velocidad con que se mueve este gobierno, los anuncios, y la naturaleza misma de los proyectos que piensa emprender, no es remoto que acabe atrapado en las mismas redes que sus antecesore­s.

El informe de la Auditoría, así lo reportó este diario en sus páginas de ayer, tiene observacio­nes graves sobre los proyectos emblemátic­os de la pasada administra­ción. El Nuevo Aeropuerto de la CDMX (hoy cancelado), el Tren elevado a Toluca (hoy inconcluso y parado) y el Paso Exprés (hoy reconstrui­do después de su socavón). Estos mismos proyectos fueron analizados por México Evalúa y los hallazgos reportados en “Ojos a la Obra”, publicació­n que vio la luz el año pasado. La Auditoría reporta falta de planeación en los proyectos; proyectos ejecutivos incompleto­s o inexistent­es al momento de iniciar las obras; mala calidad en la ejecución e irregulari­dades muy puntuales en la edificació­n de algunos proyectos. Y del estudio de México Evalúa se puede agregar: uso excesivo de mecanismos extraordin­arios de contrataci­ón como adjudicaci­ón directa o convenios entre entidades públicas. Y un bajo nivel de rivalidad, aún en licitacion­es. La combinació­n de estos elementos arroja obras que se exceden en su costo y que se desfasan de manera muy importante en sus tiempos de entrega. Y por estas razones, cambia el cálculo de su rentabilid­ad y de su valor para la sociedad. La Auditoría tendrá que integrar expediente­s de aquellos asuntos que ameriten presentars­e ante la justicia penal o administra­tiva. Y hacer lo necesario en el ámbito de sus atribucion­es para llevar estos casos hasta sus últimas consecuenc­ias.

Para esta administra­ción estas tres obras deben servir de espejo en el cual mirarse. Porque sus proyectos emblemátic­os pueden pronto atorarse en las redes de la improvisac­ión, de la prisa y de la opacidad. En ausencia de un órgano técnico encargado de evaluar proyectos y prepararlo­s, siempre hay tentación de querer trascender con una obra monumental que se recuerde en el tiempo. Entre eso y el fracaso, sin embargo, media sólo la ineptitud, que no es infrecuent­e en la gestión de los megaproyec­tos. El trabajo de la ASF debe generar consecuenc­ias. En el combate a la corrupción y en el mejor diseño y ejecución de la política pública. Ahora con atribucion­es que le permiten auditar en tiempo real, sería bueno que entregara a los mexicanos informes oportunos sobre la evolución de proyectos de infraestru­ctura de esta administra­ción.

La revisión de la Cuenta Pública que realiza la ASF no es un trámite, es trabajo sustantivo al que debemos sacar mucho más provecho. Para combatir la corrupción, pero también para mejorar la política pública. Eso y no menos esperamos de su labor.

Sus proyectos emblemátic­os pueden pronto atorarse en las redes de la improvisac­ión...

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico