Condena Trump crímenes de odio y... hace redadas
El presidente de EU se limitó a agradecer sólo a socorristas
Mientras el presidente Donald Trump visitaba a las víctimas por crímenes de odio en El Paso, Texas, agentes migratorios realizaban la mayor redada de inmigrantes en 10 años en Mississippi.
Los reflectores del mundo estaban puestos en Texas y Trump, luego del tiroteo del sábado pasado donde 8 mexicanos perdieron la vida a manos de un joven a quien se le atribuyó un manifiesto contra migrantes. Trump aterrizó en medio de protestas y del luto hispano y se concentró en agradecer a los socorristas; antes en la Casa Blanca reiteró que va por el muro. Casi a la misma hora, agentes del Servicio de Inmigración hicieron una redada en 7 plantas de alimentos donde detuvieron a 680 inmigrantes, aunque por la noche argumentaron que buscaban criminales.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reiteró que la inmigración irregular en su país “no es buena”, por lo que enfatizó la necesidad de avanzar rápido en la construcción del muro fronterizo. “Pienso que la inmigración ilegal es algo terrible para este país, me parece que tienen que entrar legalmente, idealmente tienen que entrar por méritos. Pienso que las fronteras abiertas es algo muy malo para nuestro país y lo vamos a parar, estamos haciendo un muro”, dijo. En la Casa Blanca, antes de partir a Dayton, Ohio, y a El Paso, Texas, el presidente estadounidense aseguró que lo que se necesita para reducir la inmigración irregular son “leyes muy fuertes de inmigración”, ya que admitió que los migrantes son necesarios, “pero de forma legal”, ya que muchas plantas extranjeras en su territorio necesitan de mano de obra. Pese a sus comentarios, el mandatario desestimó a los críticos que afirman que su retórica sobre la raza y los inmigrantes ha alimentado el extremismo violento. Aseguró que le “preocupa el surgimiento de cualquier grupo de odio”, “cualquier otro tipo de supremacía”, pero negó que él sea quien alimente esos grupos. Además, hizo referencia a la compra de armas, para lo que propuso fortalecer la verificación de antecedentes penales para quienes las compran.
Sin embargo, subrayó que no hay un apoyo político para endurecer el control sobre los rifles de asalto, los cuales han sido utilizados en al menos tres tiroteos en las últimas dos semanas.
Trump aseguró que tanto él como los líderes del Congreso apoyan un cambio en la legislación para impedir que “personas con problemas
mentales” porten armas, imponiendo mayores controles.
“Creo que la verificación de antecedentes es importante. Yo no quiero poner armas en las manos de personas que son inestables mentalmente o de personas con rabia o con odio, personas que están enfermas. Estoy a favor de eso”, afirmó. Tras su arribo a Dayton, Ohio, donde el fin de semana murieron nueve personas a causa de un tiroteo, el presidente de la Unión Americana fue recibido con una manifestación para controlar la venta de armas. Lo mismo sucedió cuando llegó a El Paso, Texas. Con frases como “haz algo” y “no armas”, varias personas se manifestaron afuera de los hospitales donde el presidente de Estados Unidos se reunió con las familias de las víctimas del tiroteo del fin de semana.