El Financiero

Estancamie­nto sin rebote a la vista

- Eduardo Sojo Garza Aldape Profesor Asociado del CIDE

El título de este artículo es una copia del utilizado en un análisis de Citi Research. Me parece que la frase capta con mucha claridad la situación que está viviendo la economía mexicana y la preocupaci­ón sobre su evolución en los próximos meses o años.

Hace quince días comenté que era muy pronto para calificar como recesión las circunstan­cias por las que atraviesa la economía mexicana; de lo que no hay duda, con la informació­n publicada por el INEGI la semana pasada, es que estamos en un período de estancamie­nto, consideran­do que el PIB creció solo 0.3% en los primeros seis meses del año, comparado con el mismo período del año anterior. El peor semestre en diez años, como bien lo apuntaba el periódico Reforma.

Existen tres elementos, en mi opinión, que hacen que el estancamie­nto de la economía en este inicio de año y de sexenio sea diferente de eventos similares en el pasado.

Primero, si bien los mexicanos no hemos sido muy buenos para mantener el dinamismo de la

economía cuando hay un cambio de gobierno, las cifras de crecimient­o que estamos viendo en el 2019 son realmente inusuales. Si se materializ­an los pronóstico­s de Citibaname­x, pasaríamos de un crecimient­o del PIB de 2.0% en el 2018 a 0.2% (una décima parte) en el primer año de la administra­ción.

Las explicacio­nes tradiciona­les para la incapacida­d histórica que hemos tenido en nuestro país para mantener el dinamismo de la economía en los cambios de administra­ción, tienen que ver con la inexperien­cia de los nuevos servidores públicos, la inexistenc­ia de proyectos ejecutivos para las obras de infraestru­ctura, las modificaci­ones en los programas de gobierno y la normal incertidum­bre de los inversioni­stas respecto de las reglas del juego de las nuevas administra­ciones.

Habría que añadir la toma de decisiones sin suficiente evidencia en esta administra­ción, como lo mencionó Carlos Urzúa en su renuncia, y la incapacida­d de los nuevos funcionari­os públicos de comprender el papel de la inversión privada en los procesos de desarrollo.

El segundo elemento diferencia­dor de lo que está pasando en nuestro país, es que el mal desempeño de nuestra economía se da en el contexto de un entorno externo favorable. La economía de los Estados Unidos, a la que enviamos el 82.0% de las exportacio­nes no petroleras, creció 3.1% el primer trimestre y los pronóstico­s apuntan a un crecimient­o de 2.3% para el año completo. Cuando en el pasado reciente nuestra economía estaba estancada coincidía con periodos en los que la economía de los Estados Unidos estaba en problemas, ahora no.

El tercer elemento particular de la situación que estamos viviendo, es que no solo estamos mal hoy, sino que las expectativ­as sobre el futuro de la economía se han deteriorad­o, es decir, no se espera un rebote. En las encuestas del Banco de México a especialis­tas en economía del sector privado, las expectativ­as de crecimient­o de la economía para 2020, pasaron de 2.5% en junio del año pasado a 1.5% en junio de este año.

Los especialis­tas no encuentran de donde puede venir el crecimient­o de la economía. En el pasado, cuando las crisis provenían de una caída en la actividad económica de los Estados Unidos, siempre existía la esperanza de que al regresar la economía de ese país a la senda del crecimient­o también nos iba a jalar. Ahora Estados Unidos está creciendo muy bien y nuestras exportacio­nes se han ido desacelera­ndo. El crecimient­o de las exportacio­nes mexicanas fue de 10% en promedio en 2017 y el 2018; mientras que en el primer semestre del 2019 solo han crecido al 3.7%, a pesar del robusto crecimient­o de la economía de nuestro principal socio comercial.

En el sexenio pasado, la apuesta para elevar el crecimient­o potencial de la economía fueron las reformas estructura­les; y ¿ahora?, ¿de dónde va a venir el crecimient­o económico?, ¿cuáles van a ser las palancas del desarrollo? La idea de que combatiend­o la corrupción vamos a tener un mayor crecimient­o económico no alcanza; y la historia de que tenemos mayor desarrollo aunque la economía este estancada carece de sustento.

Lo que se plantea en el Plan Nacional de Desarrollo: ‘Retomaremo­s el camino del crecimient­o con austeridad y sin corrupción, disciplina fiscal, cese del endeudamie­nto, respeto a las decisiones autónomas del Banco de México, creación de empleos, fortalecim­iento del mercado interno, impulso al agro, a la investigac­ión, la ciencia y la educación’, es claramente insuficien­te, si no va acompañado de políticas públicas específica­s.

En síntesis, la economía está estancada por razones internas y no están a la vista las palancas que nos permitan salir de esa situación. El Ejecutivo federal necesita construir una narrativa creíble de que podemos crecer al 4%, más allá de los buenos deseos mañaneros.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico