Amapa, El Profe de Java y el turismo.
Tuxtepec, Región de la Cuenca del Papaloapan 2050: Desde que huyeron de la esclavitud en las Haciendas Azucareras de Córdoba, pocos habían recordado a los Cimarrones y las travesías que sucedieron cuando los nacientes pobladores de Santa María de Guadalupe de los Morenos de Amapa llegaron a formar nuestra primera comunidad.
Los emprendedores que Genaro formaba, eran los encargados de apantallar a los visitantes con las anécdotas recreadas todavía con la antigua tecnología de realidad aumentada. Sin embargo, muchos preferíamos ver el espectáculo cotidiano, cuando los efectos de los rayos del sol cruzaban las aguas cristalinas del Río Valle Nacional. Hasta aquí se escuchaban los cantos de los pelícanos, las guacamayas y tucanes de San José Chiltepec. La llegada de la transportación grupal virtual con nanotecnología que hacia Genaro y su grupo de programadores, trajo una enorme bonanza a la comunidad de la Hacienda de Cinta, perdida
entre los bosques mesófilos de la Sierra de Juárez. Recuerdo cómo poco a poco se convertiría en el promotor más respetable de turismo susteningresos table de los últimos años, que logró hacer del Congreso de Ecoturismo Mexicano, uno de los eventos más importantes del turismo mundial.
Conocí a Genaro precisamente cuando se daba tiempo de contarnos cómo había sido su vida programando Java y cómo cuando después de perderlo todo por la revolución de software abierto, decidió dejar la Ciudad de México para emprender como generador de energía solar en la Cuenca. Empezaba recibiendo a muchos estudiantes de ecoturismo que al tiempo que disfrutaban del senderismo, los arroyos y las aguas sulfurosas de Piedra Quemada, se sorprendían al ver que un antiguo joven programador de Java, se convertiría en uno de los empresarios de turismo social más importantes de México.
En uno de esos días, recuerdo cuando me dijo “Claudia, tenemos todo el futuro por delante convirtiendo al pasado de México en la potencia de los sueños”, y solo con esa frase, me conquistó”. Yo, en ese entonces era todavía, una estudiante de chino-mandarín en Beijing que me habían invitado de vacaciones unos días y al final terminaría quedándome a vivir aquí. Me asombraban la paz y seguridad que tanto se buscaban por el mundo. Decidí fundar cerca de Piedra Quemada, mi escuela de industrias creativas y turismo que hoy emplea a más de 5,000 personas en toda la cuenca del Papaloapan.
Comencé aquí a hacer viajes de familiarización, conferencias y eventos de diseño, para emprendedores —principalmente chinos— que vienen a adquirir prototipos textiles hechos a mano.
Al principio, fue complejo poder competir con la tecnología de una prenda inteligente impresa en cuarta dimensión que superara la capacidad de entender el clima, adelantarse a la temperatura y a la elasticidad del peso corporal del ser humano. Pero un día me dije a mi misma: “Hoy en el Papaloapan, no vendemos prendas inteligentes sino prendas con sentimientos”.
Atrás quedaron los años donde México tuvo que encontrar las fórmulas para generar recursos para la promoción turística. La marca México es la más importante hoy a nivel mundial, por la capacidad de que logra gracias al impulso de los grandes escritores mexicanos que crearon la ola de mercadeo en playeras, retratos y series con contenidos virtuales en Virtflix. Ayer nos acordábamos cuando el mundo pensaba en las narcoseries que producía hace décadas su anterior versión, Netflix.
Estas nuevas series, hicieron que el mundo conociera el potencial real de México. Nunca olvidaré el día en que supe de los recursos que habíamos logrado por la promoción nanocultural de los museos itinerantes de la “Ruta de los poetas mexicanos” o cuando la marca china Shanghai Tang, obtuvo el permiso para impulsar esa ruta y convocó a los mejores chefs de Nueva York, Toronto y Paris para hacer una campaña de platillos inspiradas en los escritores de México.
El humo de mi taza de café de la Sierra Norte me hizo sentir cómo el mundo empezó a sentir la cultura mexicana en la piel y todo cambió.
La carta de Claudia continuará...
“Atrás quedaron los años donde México tuvo que encontrar las fórmulas para generar recursos para la promoción turística”