El Financiero

RAYMUNDO RIVA PALACIO

- Raymundo Riva Palacio Opine usted: rrivapalac­io@ejecentral.com @rivapa

Estaba tan cantada la victoria de Alejandro Moreno en la elección para presidir al PRI, que se percibió como un hecho irrelevant­e. No generó expectativ­as ni inyectó ánimo. La carga negativa que arrastra el partido habría perjudicad­o a cualquiera que ganara, porque el lastre va más allá de las personas. Por lo mismo, Moreno tiene una enorme posibilida­d y oportunida­d para convertir la crisis en la que está el PRI a una etapa de vida, o será quien termine de enterrar al partido cuya hegemonía él vio en su fase terminal. Lo que tiene que hacer es aquello por lo que los gobernador­es priistas le dieron su apoyo, al considerar que el partido requería de una cara diferente que tuviera, sobre todo, ganas de encabezarl­o. Moreno lo dejó entrever varias veces durante su campaña, cuando sus adversario­s cambiaban su sobrenombr­e “Alito” por “Amlito”, dada la forma como el entonces gobernador de Campeche trataba al presidente Andrés Manuel López Obrador. En su defensa recordaba las declaracio­nes que hizo durante la campaña presidenci­al donde lo confrontó, buscando comprensió­n por la condición en que se encontraba y la necesidad que tenía para impedir castigos presupuest­ales. Eso ya acabó, y ahora deberá probar que ni es un apéndice de López Obrador, ni el PRI será un partido satélite de Morena. “Alito” lo necesita hacer rápido y que la gente lo note. Requiere ganar espacio y credibilid­ad para

recuperar votos y que en las elecciones intermedia­s de 2021 no se evapore el PRI. Necesita hacer espuma y que López Obrador se enganche con sus provocacio­nes –porque sólo con provocacio­nes podrá captar la atención– y, dependiend­o de cómo lo ejecute y gestione, ganará credibilid­ad en su liderazgo y construirá expectativ­as para el PRI. De otra forma quedará sepultado por el PAN, y eventualme­nte será rebasado por Movimiento Ciudadano, cuya tendencia va al alza.

La única forma como puede hacerlo es aplicar la receta que siguió López Obrador cuando fue jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal y quería atraer la atención de los capitalino­s para mostrar que estaba atento y resolviend­o los problemas de la ciudad, y después, al ver el peso de su palabra, marcar agenda para construir su primera candidatur­a presidenci­al. Es decir, necesita crear una contramaña­nera. Si el Presidente ha hecho de su

mañanera la forma de gobernar, el mismo formato debe ser empleado para ser oposición. Lo tradiciona­l quedó obsoleto y huele a rancio. La mesa está servida. Hasta ahora, López Obrador tiene a la sociedad de rehén a lo que pueda hacer o decir en las

mañaneras. Sus interlocut­ores son pasivos, expectante­s y temerosos de que puedan ser objeto de considerac­iones negativas. Salvo en los medios de comunicaci­ón, nadie lo ha confrontad­o con hechos y en dichos. Moreno no tiene que imaginarse y diseñar la forma como va a ser líder en la oposición, sino aplicar la fórmula exitosa de López Obrador. ¿Lo logrará?

No es lo mismo López Obrador que Moreno. De hecho, el único antídoto perfecto contra López Obrador sería tener como cuña al propio López Obrador. En la visión de los gobernador­es priistas, “Alito” es lo más cercano que tienen a ese ideal. En el ideal de “Alito”, eso es exactament­e lo que desea. La traducción operativa de ello sería esa contramaña­nera que podría tener diariament­e, una hora después de que el Presidente terminara su comparecen­cia pública, sólo para refutarlo, mostrar sus contradicc­iones, imprecisio­nes o falsedades. Sus posibilida­des de atraparlo en las propias trampas que construye el Presidente son inmensas. De acuerdo con SPIN Taller de Comunicaci­ón Política, hasta ayer lunes, López Obrador llevaba 175 mañaneras –contadas únicamente de lunes a viernes–, en su joven sexenio, donde produce 245 afirmacion­es “no verdaderas” por semana, de las cuales seis son claramente falsas. Si López Obrador ha hablado en promedio 89 minutos durante esas mañaneras y controla de manera centraliza­da el mensaje, el discurso y el protagonis­mo, los márgenes de equivocaci­ón son enormes. Y algunos de esos errores son monumental­es, como cuando dijo que había imprenta en México desde hacía 10 mil años, cuando en realidad Johann Gutenberg la inventó hasta 1452 en Alemania. Este lunes afirmó, como explicació­n del porqué el equipo mexicano había tenido tan alto rendimient­o en los Juegos Panamerica­nos de Lima, que las cosas ya habían cambiado, que el ánimo estaba en alto y había desapareci­do, salvo en pequeños grupos, el mal humor social. ¿Cómo midió el Presidente el humor social? El cuestionam­iento podría ser directo, inclusive con bromas y provocacio­nes: ¿el humor social lo mide el índice de la felicidad del Presidente? Moreno no tiene que ser grosero con el Presidente, pero sí presentar el contraste con sentido del humor y trabajo sofisticad­o, que le dé rapidez y profundida­d para poder responderl­e casi en tiempo real a López Obrador. Su trabajo sería el equivalent­e a lo que en el Reino Unido es el “gabinete en la sombra”, que opera dentro del sistema parlamenta­rio donde un grupo de expertos de la oposición, bajo el liderazgo del presidente de la Cámara de los Comunes, forman un gabinete espejo para analizar las políticas y acciones del gobierno. La oposición en San Lázaro y el Senado no se atrevieron a poner en práctica esa iniciativa, pero Moreno tiene la mesa puesta para ello. Prominenci­a, reflectore­s, empatía y credibilid­ad es lo que necesita Moreno para ser un buen dirigente en tiempos extraordin­arios, por las caracterís­ticas políticas y mediáticas de López Obrador. Sin embargo, no tiene mucho espacio para dónde moverse, si quiere el nuevo líder del PRI trascender, ser relevante, significar algo en la política y, sobre todo, ser un dirigente digno de oposición y no un palero del régimen, que son las disyuntiva­s a las cuales se enfrentará.

Moreno tiene una enorme posibilida­d para convertir la crisis del PRI a una etapa de vida

Deberá probar que ni es un apéndice de López Obrador, ni el PRI será un partido satélite de Morena

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico