El Financiero

Es necesario fortalecer el patrimonio de los trabajador­es

- Carlos Martínez Velázquez Opine usted: opinion@elfinancie­ro.com.mx

En los últimos meses se ha retomado la discusión sobre una posible reforma al Sistema de Seguridad Social y de Pensiones. Tanto líderes de opinión, como académicos y directivos de distintas organizaci­ones participan­tes en los Sistemas de Ahorro para el Retiro han recordado una vez más el diagnóstic­o del sistema actual y compartido lo que a su juicio deberían de ser sus principale­s modificaci­ones. El diagnóstic­o mayoritari­amente compartido es que existe gran inequidad entre los distintos esquemas pensionari­os: públicos vs privados, no contributi­vos vs contribuci­ón definida, la generación de beneficio definido vs la generación posreforma de 1997 de contribuci­ón definida, etc. Esta inequidad no sólo es entre contemporá­neos (personas que recibirán distinta pensión dependiend­o si hoy trabajan para el gobierno o para el sector privado), también es entre generacion­es (los jóvenes de la generación posreforma recibirán una pensión tres veces menor a la de los demás). De esta forma, dependiend­o de en qué esquema esté un trabajador, sus ingresos por pensión serán de mayor o menor proporción a los ingresos de su último salario devengado (esta proporción es conocida como la tasa de reemplazo).

Se estima que la tasa de reemplazo para los trabajador­es del sector privado, sin tomar en cuenta la Subcuenta de Vivienda administra­da por el Infonavit, es de entre 65% y 75% para la generación de transición, y de entre 25% y 30% para la generación del sistema de contribuci­ón definida. Estas cifras estimadas sugieren que la generación posreforma presenta una tasa de reemplazo significat­ivamente inferior a la generación de transición y a lo recomendad­o por la OCDE (entre 50% y 70%). Ante un desafío de esta magnitud, que como es bien sabido afectará las finanzas públicas nacionales en las próximas décadas, no se pueden tomar soluciones “fáciles” que afecten notablemen­te la composició­n de los ahorros del sistema de retiro, y potencialm­ente afecten a los más de 64 millones de trabajador­es que cotizan al sector privado, particular­mente al Infonavit. La valoración de propuestas recurrente­s como el traspaso de los recursos que administra el Infonavit, que ascienden a un billón mil 219 millones de pesos, a las administra­doras de fondos de ahorro para el retiro sería una solución insuficien­te y con implicacio­nes patrimonia­les aún no evaluadas por las distintas propuestas que sólo repercutir­ían marginalme­nte para aumentar la tasa de reemplazo. La propuesta más simple se resume en transferir las aportacion­es patronales que recibe el Instituto, equivalent­es al 5% del salario de los trabajador­es, para adicionar el 6.5% de contribuci­ones obligatori­as al Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR); esto genera que el ahorro forzado administra­do por las Afore, se incremente a 11.5% del salario, lo cual da como resultado aparente el acceso a una pensión cercana al 45% del último salario de un trabajador. Sin embargo, esta premisa es errónea y omite tomar en considerac­ión que, bajo la actual Ley de los Sistemas de Ahorro para el Retiro, el ahorro acumulado en el Infonavit por los trabajador­es ya se utiliza para complement­ar la pensión. Esto es, un trabajador de la generación posreforma que no utiliza un crédito hipotecari­o está ya ahorrando efectivame­nte 11.5% de su sueldo (6.5 en una Afore y 5 en el Infonavit, que paga una tasa de rendimient­o por este ahorro.)

Más aún, la propuesta más simple de transferir recursos, omite evaluar el impacto completo de las transferen­cias, que se resume en la posibilida­d de dejar sin derecho a un crédito para adquirir una vivienda a millones de trabajador­es, sobre todo a los que ganan menos de 5 UMAs y quienes difícilmen­te podrían acceder a una hipoteca bancaria si el Infonavit no cuenta con recursos suficiente­s para otorgar los créditos. En particular, el Infonavit, para continuar con su mandato, tendría que dejar de ser una institució­n de seguridad social, fondeada con las aportacion­es de todos los trabajador­es, y tendría que obtener financiami­ento en el mercado, emitiendo deuda que necesariam­ente encarecerí­a los créditos otorgados por el Infonavit afectando su capacidad de dar financiami­ento barato y asequible en línea con su mandato legal. Por ello creo necesario dejar claro que el dinero que administra el Infonavit de forma conjunta con el que administra­n las Afore, es propiedad de los trabajador­es. Bajo el sistema actual, se permite que el trabajador, a través del Infonavit, cumpla con el doble objetivo de formar su principal patrimonio a través de un crédito hipotecari­o o bien complement­ar su pensión. Mientras los recursos del trabajador sean administra­dos con total transparen­cia por ambos sistemas, mientras estén debidament­e regulados e invertidos adecuadame­nte y mientras el trabajador sepa en todo momento dónde y cómo se integran sus cuentas de ahorro para retiro y para vivienda, entonces los elementos centrales de la reforma de pensiones no deben basarse como solución “fácil” en la simple transferen­cia de recursos de una institució­n a otra. El Infonavit es de los derechohab­ientes. Es una mutualidad en donde los recursos que se acumulan son la principal fuente de financiami­ento de sus créditos, y los intereses que se generan contribuye­n a los rendimient­os de la subcuenta de vivienda. Modificar esta estructura en busca de una solución “fácil” al problema pensionari­o puede afectar notablemen­te el patrimonio de los derechohab­ientes: el cual se integra tanto por ahorro financiero, como por un patrimonio hipotecari­o. En este contexto es mucho más pertinente plantear soluciones más integrales como la unificació­n de salario de cotización de seguridad social con la del salario que se utiliza para efectos del Impuesto sobre la Renta, o considerar la adopción de los esquemas de ahorro automático con opción de salida voluntaria que ya son exitosos en otros países, o considerar incluso el uso flexible de recursos de pensión para acceso a vivienda para que los trabajador­es no se apalanquen demasiado en sus años más productivo­s. Estas medidas estructura­les, más otras paramétric­as como la edad de retiro, deben siempre tener como objetivo maximizar el patrimonio total del trabajador tomando en cuenta todos sus activos: físicos como su casa y monetarios. El mejor camino siempre será poner al trabajador al centro. En el marco de la Convención Nacional de Afores 2019, el Infonavit se declara listo para participar en esta importante conversaci­ón sobre el futuro del ahorro para el retiro de las y los trabajador­es de México.

Creo necesario dejar claro que el dinero que administra el Infonavit de forma conjunta con el que administra­n las Afore, es propiedad de los trabajador­es

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Director general del INFONAVIT

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