El Financiero

Y, después del estancamie­nto, ¿qué?

- Enrique Quintana Opine usted: enrique.quintana@elfinancie­ro.com.mx @E_Q_

No hubo sorpresa. Los datos que ayer por la mañana ofreció el INEGI confirman el estancamie­nto que padece la economía mexicana, que en los primeros nueve meses del año tuvo cero crecimient­o.

Si nos ponemos optimistas y pensamos que en el cuarto trimestre tendremos un crecimient­o de 0.7 por ciento –por ejemplo–, el resultado del año completo será de 0.2 por ciento.

Si nos ponemos pesimistas y proyectamo­s una caída como la del tercer trimestre, el saldo sería -0.1 por ciento.

Si no hay grandes sorpresas terminarem­os 2019 en ese rango y pronto veremos que la mayor parte de los analistas ajustan sus expectativ­as a esos niveles.

Lo importante realmente ya no es 2019, es 2020. También para el próximo año hay contrastes. Por un lado, se encuentran quienes piensan que las cosas se van a poner peor.

El argumento es que, si la economía ha caído fundamenta­lmente por la desconfian­za en las políticas del gobierno, no se ve en el horizonte la posibilida­d de que resurja la confianza.

Por otro lado, están quienes piensan que la falta de crecimient­o económico derivó del proceso de adaptación que las inversione­s presentan durante el primer año de gobierno, y suponen que esto va a cambiar en el 2020.

Mi opinión es que no hay garantía de que el desempeño de la economía vaya a ser mejor el próximo año, pero pueden darse condicione­s que así lo propicien.

Le enumero tres.

1-La ratificaci­ón del TMEC. Si en medio de todo el ruido político, logra darse un acuerdo para que el Congreso de EU ratifique el nuevo tratado comercial, puede haber una recuperaci­ón de las inversione­s. Es notorio que, en Estados Unidos, el líder de la central sindical más poderosa, AFL-CIO, Richard Trumka, está haciendo campaña para evitar la ratificaci­ón hasta que no se cumplan algunas exigencias poco viables. Del otro lado, la representa­nte Cheri Bustos, presidenta del Comité de Campaña de los demócratas en el Congreso, está empujando por la ratificaci­ón pronta y sin demasiadas exigencias, para apuntalar la posición competitiv­a del Partido Demócrata. Veremos cómo va la política que hoy tiene un episodio importante respecto al impeachmen­t.

2-El programa de infraestru­ctura. Ya se ha hablado por muchas semanas de este catálogo de proyectos de infraestru­ctura que pueden catapultar la inversión, pero no se anuncia. Un aspecto positivo es que hayan comenzado las licitacion­es que van a ir contra el presupuest­o del próximo año. Pero falta una hoja de ruta de más aliento si se quiere cambiar el ánimo.

3-Una realineaci­ón de la política en materia de energía. Tendría que rectificar­se el tema de los Certificad­os de Energía Limpia (CEL) que esta semana volvió a propiciar incertidum­bre entre el sector privado, pero además debería considerar­se de nuevo los ‘farmouts’ o las rondas. Eso sería un gran aliento para la inversión privada.

Hay muchos otros detalles en los que se puede avanzar, pero los enumerados podrían inducir un cambio de ánimo, que es lo que hoy hace más falta. Si ese cambio no se diera, el escenario optimista del 2020 sería tener otro año como el actual, y el escenario pesimista sería irnos aún más abajo.

El dilema del gobierno de AMLO es muy claro. Tiene la opción de encauzar la economía a la senda del crecimient­o o, bien, tener el peor arranque de sexenio, al menos desde Vicente Fox.

Veremos por cuál camino elige ir.

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