El Financiero

El rol de los edificios en la era del coworking

- Juan Pablo Forno Opine usted: empresas@elfinancie­ro.com.mx

Las oficinas y las personas que trabajan en ellas están en constante evolución. Hace 30 años, la tecnología forzaba a los trabajador­es a pasar ocho horas en el mismo cubículo, por lo que los inmuebles se administra­ban de forma genérica, al saber con relativa facilidad dónde se encontraba­n los ocupantes del edificio.

Hoy nos encontramo­s con una fuerza laboral más ágil, que ya no trabaja todo el tiempo en sus escritorio­s, con horarios flexibles o que laboran ocasionalm­ente desde casa. A eso se suma el surgimient­o del hot-desking, que se refiere a compartir un mismo escritorio entre varias personas, y el auge de espacios de coworking dentro de las organizaci­ones, que para 2030 puede representa­r el 30 por ciento del total de los espacios de trabajo en México, según la firma inmobiliar­ia JLL. Solo en Estados Unidos, por ejemplo, los espacios de coworking crecieron un 62 por ciento entre 2016 y 2017, y se espera que la tendencia se mantenga, de acuerdo con estimacion­es de Knight Frank.

Esto demuestra que trabajar en un espacio fijo ha dejado de ser la regla, lo que exige un replanteam­iento de la forma en la cual se administra­n las áreas dentro de los edificios por parte de sus administra­dores.

Aunado a ello, el crecimient­o de la fuerza laboral millenial, que para 2025 será el 75 por ciento del total de los trabajador­es (Deloitte), ha impuesto nuevas expectativ­as sobre lo que las organizaci­ones deberían proporcion­ar a su personal. Esta evolución ha resultado en nuevos dispositiv­os que se usan para el trabajo (laptops, tabletas, teléfonos móviles), políticas flexibles y espacios colaborati­vos.

De este modo es una necesidad actual saber en dónde trabajarán los colaborado­res, lo que da mayor control sobre el espacio para maximizar su eficiencia. La colocación de escritorio­s, instalació­n de cubículos distribuci­ón de estaciones de trabajo son tareas relativame­nte sencillas, así como controlar el clima y la iluminació­n, cuando se tiene la certeza de que los trabajador­es se encontrará­n en un mismo espacio.

Sin embargo, para empoderar a los ocupantes se requiere tecnología­s que permitan a los administra­dores integrar grandes cantidades de datos del edificio y a sus usuarios a conectarse directamen­te con su entorno. Esto simplifica el acceso a los espacios y facilita la colaboraci­ón. Al aprovechar los datos de este tipo de aplicacion­es tecnológic­as, los administra­dores de edificios pueden tomar decisiones en tiempo real, lo que resulta en una mayor productivi­dad y eficiencia no solo del inmueble, sino también de la gente dentro de éste. Y es que 90 por ciento de las personas encuentra esencial la calidad de su ambiente de trabajo para su satisfacci­ón laboral, de acuerdo con una investigac­ión de la firma de arquitectu­ra Gensler. Un ejemplo simple es cuando algún ocupante reporta que la temperatur­a de la oficina es demasiado alta y los administra­dores responden rápidament­e ante esta incomodida­d. Pero también pueden usar los datos para anticipar patrones de tráfico dentro del edificio y orientar los recursos para un uso óptimo.

El espacio vacío dentro de una oficina hace que las organizaci­ones paguen en exceso por el espacio que no se está utilizando y da lugar a un funcionami­ento poco óptimo de los espacios. Por otro lado, también genera una fuerza laboral menos productiva. Al implementa­r tecnología­s de software centradas en el espacio, los administra­dores pueden recibir informació­n práctica sobre los espacios y les pueden dar nuevos usos, lo que resulta en mayor eficiencia y menores costos. La evolución de la tecnología ha transforma­do la forma en que los edificios y sus ocupantes operan e interactúa­n entre sí. Al aprovechar la tecnología, como las aplicacion­es y el software, los gerentes de los edificios pueden dar mayor autonomía a los ocupantes, así como un espacio laboral más ameno y productivo. Por su parte, los edificios les brindan a los administra­dores ideas útiles para mejorar el rendimient­o de la fuerza laboral, así como resultados colectivos de una organizaci­ón.

Hoy que vivimos en una era en la que el coworking ha dado mayor agilidad a los colaborado­res de las empresas, entender el uso de los espacios dentro de los edificios se ha convertido en una necesidad fundamenta­l para el bienestar de los trabajador­es y para el mejor manejo de los recursos de las organizaci­ones, además del efecto positivo al medio ambiente por el uso más eficiente de la energía.

El secreto está en los datos y la tecnología nos ayuda a obtenerlos, comprender­los y tomar ventaja de ellos.

“El 90% de las personas encuentra esencial la calidad de su ambiente de trabajo para su satisfacci­ón laboral”

Vicepresid­ente y Gerente General de Honeywell Building Solutions para Latinoamér­ica

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