El Ejército y AMLO, 13 años de tensión
Luego de una tortuosa relación con las Fuerzas Armadas por 13 años, en los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, el presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció, durante su toma de protesta el 1 de diciembre de 2018, que el Ejército y la Marina no eran instituciones golpistas.
“Nunca el Ejército mexicano ha dado un golpe de Estado a una autoridad civil. Su lealtad al gobierno y su falta de ambición por el poder económico y político tiene en buena medida su explicación, entre otros factores, en que el Ejército mexicano no es un agrupamiento elitista, sino que siempre se ha nutrido del pueblo raso”, manifestó en aquella ocasión ante el Congreso de la Unión.
Apenas el sábado, el jefe del Ejecutivo federal y comandante supremo de las Fuerzas Armadas dejó entrever que algunas élites militares, empresariales y políticas estarían preparando un golpe de Estado contra su gobierno.
“La transformación que encabezo cuenta con el respaldo de una mayoría libre y consciente, justa y amante de la legalidad y de la paz, que no permitiría otro golpe de Estado”, anotó en sus redes sociales.
Y es que el clímax de la confrontación entre el Presidente y las Fuerzas Armadas se dio luego del operativo de la Marina en Tepic, Nayarit, el 10 de febrero de 2017, en el que efectivos de la Armada abatieron a siete personas desde un helicóptero Black Hawk, montado con una metralleta calibre .50., entre las que se encontraba el narcotraficante Juan Francisco Patrón Sánchez, alias el H2, presunto líder del Cártel de los Beltrán Leyva.
En aquella ocasión López Obrador se encontraba de gira por aquella entidad, y como presidente nacional de Morena denunció que se había cometido un “ajusticiamiento” y una “masacre” contra población civil, donde incluso murieron menores de edad.
Además, responsabilizó directamente al entonces secretario de Marina, el almirante Vidal Soberón, de haber ordenado esta acción.