Y la Función Pública, ¿ni enterada?
En el sexenio de Enrique Peña Nieto la transparencia y rendición de cuentas del gobierno federal se delegó prácticamente a un grupo de auditores liderados por exfuncionarios salinistas. Estos ex servidores públicos que tuvieron auge en la administración 1988-1994 ahora están incrustados en la estructura de la 4T, en posiciones clave para conservar el mencionado control.
La firma y personaje centrales en esta red auditores lleva el nombre de Vázquez Nava Consultores y Abogados SC, liderada por la ex secretaria de la Contraloría General de la Federación salinista.
Un mes después de que culminara su encargo, María Elena Vázquez Nava fundó, en enero de 1995, la consultora especializada en la elaboración de Libros Blancos de la Administración Pública.
Ésta es la misma que en el sexenio pasado recibió 22 contratos vinculados a la elaboración de Informes de Cuenta Pública y Libros Blancos, por un monto cercano a los 136 millones de pesos.
Su despacho ejecutó de manera abierta 19% del total de los ejercicios de rendición de cuentas en la última administración príista, por los que obtuvo 33% de los recursos asignados a esta área.
Según el reporte de auditoría al Grupo Funcional Gobierno que circula en la Auditoría Superior de la Federación (ASF), tan solo tres de los 22 contratos asignados a la consultora se licitaron.
La mayoría se asignó directamente o por invitación, de ahí que los muchachos de David Colmenares tengan claro que en los actos de transparencia del pasado gobierno hay indicios de corrupción.
En el recuento general, por ejemplo, se tiene que de 117 contratos asignados directamente a casas auditoras, 47% se concentraron en seis prestadores de servicios.
El bufete Vázquez Nava fue de esos que, en conjunto, concentraron durante la pasada administración peñista 68% de los 407 millones de pesos ejercidos en ese rubro.
Pero en plena era de la 4T el panorama no cambió gran cosa: AMLO y sus entripados contra el neoliberalismo no evitaron los goles que le metieron a su secretaria de la Función Pública.
Dos alfiles de la susodicha firma de la ex contralora salinista tienen posiciones estratégicas y una ascendencia importante sobre Irma Eréndira Sandoval.
Son los subsecretarios de Responsabilidades Administrativas y Contrataciones Públicas, Tania de la Paz Pérez Farca; y de Control y Auditoría de la Gestión Pública, Roberto Salcedo Aquino.
Según sus currículums, la primera fue asociada sénior en Vázquez Nava y Consultores, en donde participó en la asesoría de proyectos en materia de transparencia y rendición de cuentas.
Por su parte el segundo tiene también abiertos vínculos con el bufete de asesoría, pues es padre de uno de los socios actuales de la firma, Armando Salcedo Cisneros.
Para cerrar el círculo, Vázquez Nava logró colocar a su propio hijo, Alfredo Valdez Vázquez, en la dirección jurídica de la Secretaría del Medio Ambiente, la que lleva Víctor Toledo.
Hablamos de la oficina por la que pasarán los avales a multimillonarios negocios derivados de los proyectos estratégicos en materia de infraestructura de este nuevo régimen.
María Elena Vázquez Nava