Empleo: el reto de la economía mexicana
empleo puede llevarnos a subvaluar el problema en sí mismo, los empleos registrados por los institutos de seguridad social son los que realmente cuentan en términos de bienestar, ya que son los que brindan todas las prestaciones de ley, los otros son empleos informales y por lo general precarios. En los próximos meses el debate sobre el empleo será el punto viral.
Por una parte estará el sector público defendiendo sus empleos temporales y precarios, que supuestamente sumarán dos millones, y por otra parte las cifras que publica el Seguro Social e INEGI, mostrando las debilidades del mercado laboral —que muestran la caída del empleo formal y una creciente informalidad. No se trata de ver quien gana sino de asumir como meta la reestructuración del mercado laboral, se trata de sacar al país de ser un modelo maquilador con bajos sueldos y con más de la mitad de los trabajadores en la informalidad.
Existe una gran oportunidad para rediseñar el mercado laboral y crear mejores condiciones para los trabajadores, sin embargo ello requiere que pongamos como eje el sistema de bienestar social (alimentación, educación, y salud) en un marco de sustentabilidad. Si se toma esta perspectiva, se podría pensar en hacer crecer el sector salud en forma importante y producir en forma masiva farmacéuticos y dispositivos médicos, dando espacio para sustituir importaciones.
No tenemos que partir de cero, contamos con una planta productiva sobre la cual construir, así como trabajadores capacitados, científicos capaces y la voluntad de un país deseoso de transformar la pandemia en oportunidad. No desperdiciemos el esfuerzo realizado a lo largo de décadas, la actual planta productiva ha significado un largo proceso de inversión, la formación y capacitación de trabajadores, profesionales e investigadores, ha sido una lucha de un siglo; valoremos lo que se tiene, y construyamos para ampliarlo y no mermarlo con incertidumbre, no escatimemos apoyos necesarios que permitan que esa planta productiva retome al sendero de la expansión y la generación de empleos de calidad.
Una premisa en este camino de transformación debe partir de la necesidad de redimensionar al Estado, y repensar su papel en el desarrollo, ya que ha mostrado ser insuficiente, especialmente en el sector salud. Se requiere dotarlo de mayores recursos, esto implica una reforma fiscal progresiva que permita suficiencia para los retos que se le presentan, pero para que ello pueda realizarse tenemos que buscar un pacto con los sectores productivos. Sólo en el consenso se puede delimitar cuales son los límites del Estado y de que forma participa la sociedad. Debemos recordar, que este proceso debe ser inclusivo, con la idea de sumar voluntades para que se logre un esfuerzo auténtico para instaurar un Estado de Bienestar en el México del siglo XXI.
“Debe partir de la necesidad de redimensionar al Estado, y repensar su papel en el desarrollo”