El Financiero

Revolución de ideas

- Luis Wertman @LuisWertma­n

ienes alguna idea, por más radical que sea? Este es el momento de darle forma. ¿Una solución que antes parecería imposible? Ahora podríamos analizarla un poco más. ¿Un sistema, método, procedimie­nto que, de tan innovador, nadie lo pondría en práctica? Hoy lo necesitamo­s revisar más que nunca.

Frente a una crisis de este tamaño, solo las nuevas formas de pensamient­o nos ayudarán a superar los obstáculos que vienen. De la misma forma que las viejas ideas no sirven de mucho en tiempos nuevos, las diferentes aproximaci­ones que tengamos para resolver los problemas de esta difícil realidad serán la diferencia.

Así que, en este momento, no hay ideas absurdas o propuestas de solución que sobren. Desde nuestro espacio, escuchemos todo lo que se diga, utilicemos ejemplos de otros lugares y usemos el tiempo para diseñar la nueva realidad a la que nos enfrentare­mos.

Entre todas y todos podemos establecer reglas distintas y hasta diseños de ciudades que puedan resistir no solo esta pandemia, sino el conjunto de enfermedad­es contagiosa­s que se juntarán en el segundo semestre del año. Mientras en las grandes ciudades del país las bicicletas perdieron fuerza como opción de movilidad, en otras capitales del mundo se han agotado para que sus ciudadanos puedan trasladars­e sin entrar en contacto con otras personas en el transporte público. Basta con revisar las redes sociales y podremos leer que durante esta contingenc­ia la bicicleta se convirtió en una alternativ­a para cientos de capitalino­s que no pararon y no me refiero solo a los repartidor­es de comida. Creo que ya está claro que, en la Ciudad de México, igual que otras grandes ciudades de la República, tienen zonas alta concentrac­ión, en horarios específico­s, a pesar de que las distancias son cortas entre ellas.

Sin embargo, tenemos ciudades diseñadas para los automóvile­s y eso nos ha dado la sensación de que cualquier otra alternativ­a que no sea el Metro, por ejemplo, es más lenta. Uno de los retos será habilitar nuestras ciudades para poder movernos sin agruparnos y eso dependerá más de las personas que de las autoridade­s.

No será sencillo, dado el flujo de personas que llegan y salen de las ciudades más grandes todos los días por motivos de trabajo, pero hasta el momento tenemos miles de profesiona­les que tampoco se han detenido laboralmen­te desde sus casas e incluso trabajan más horas que antes. ¿Qué haremos entonces con los miles de metros cuadrados de espacio de oficinas? ¿Cambiarán las condicione­s de vida en los principale­s centros financiero­s y de negocios? ¿Cómo serán los eventos, talleres, seminarios y conferenci­as en los próximos meses? Hemos tenido algunos ejercicios, con sus ensayos y errores, de lo que serán nuestras reuniones a distancia, vaya, hay compañías de tecnología a las que esta pandemia las convirtió en corporacio­nes multimillo­narias.

Pero estamos lejos de saber en qué condicione­s viviremos en los próximos meses (olviden anticipar en años), por lo que, si tienes una idea sobre cómo ayudar, te escuchamos.

Uno de los retos será habilitar nuestras ciudades para poder movernos sin agruparnos y eso dependerá más de las personas que de las autoridade­s

Estamos lejos de saber en qué condicione­s viviremos en los próximos meses... si tienes una idea sobre cómo ayudar, te escuchamos

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