El
UDe Felipe Calderón me interesa, por cuestiones académicas (soy miembro de un Seminario de Investigación sobre Historia y Memoria Nacionales), su improvisada, “al chilazo”, ignara, desaseada, caótica, y todo lo indica así fuente de corruptelas, organización de las conmemoraciones patrias en 2010, el Bicentenario de la Iniciación de la Guerra de Independencia, y el Centenario de la Revolución Mexicana (por fortuna, la recordación de los primeros cien años de la Universidad Nacional de México, autónoma a partir de 1929, quedó en exclusivas manos del claustro, con todo y la rabieta de algún historiador empresario).
Tuve desde luego presente, la mala pata del PAN, ideológicamente hablando, de que le tocara estar en el poder, así fuere el partido desleída sombra de lo que fue entre 1939 y digamos los 70 del pasado siglo (culminación: “prianato” y “perredeanato”), la conmemoración de procesos libertarios, Independencia y Revolución, sobre todo esta última, con propuestas populares y laicas, igualitarias. Incomodidad y torpeza de las que ya había dado muestras su antecesor Fox. Al que, oportunista como resultó, se le ocurrió poner al frente
Dos.
no.