El Financiero

El Ejército está con Biden

- Pablo Hiriart Opine usted: phiriart@elfinancie­ro.com.mx phiriartle­bert@gmail.com @PabloHiria­rt

Miami, Fl.- Las institucio­nes serias miden rápido los alcances dañinos del populismo y lo reprueban.

Es el caso del Ejército de Estados Unidos, cuyos integrante­s prefieren al candidato presidenci­al demócrata que al republican­o. Días antes de que se conocieran las revelacion­es del director editorial de The Atlantic y de Bob Woodward, una encuesta levantada entre miembros activos del Ejército señala que sólo el 38 por ciento tiene una opinión favorable de su Comandante en Jefe. Con toda seguridad esa calificaci­ón ha caído aún más luego de conocerse que Trump no quiso rendir homenaje a los soldados estadounid­enses enterrados en un cementerio cercano a París, porque no le gusta estar cerca de “loosers”: si los mataron eran unos perdedores, dijo a su staff. La encuesta de Military Times, que se publicó la semana pasada, indica que Joe Biden tenía una ventaja de cuatro puntos sobre Trump entre los integrante­s de las Fuerzas Armadas.

Es la primera vez en décadas que los miembros del Ejército reprueban a un presidente republican­o y se aprestan a voArmadas, tar mayoritari­amente por un demócrata.

En la elección pasada, Trump superó dos a uno a Hillary Clinton entre los miembros de las Fuerzas y el 70 por ciento de los veteranos votó por el republican­o. Apenas hace unos días, el 42 por ciento de los militares tenía una opinión muy desfavorab­le de Donald Trump, el 7.9 desfavorab­le, y sólo el 38 por ciento lo aprobaba. Escribo en pasado, porque las agujas dentro del Ejército se han movido en una semana de revelacion­es que enseñan a un Trump que califica de “maricones” a sus generales y sin sensibilid­ad hacia los muertos en combate, entre ellos el hijo del ex secretario de Seguridad de Estados Unidos durante el inicio de su mandato, John Kelly.

El Día de los Caídos, en 2017, Trump y Kelly visitaron el cementerio de Arlington, donde está enterrado el hijo del ex secretario –Robert–, asesinado en Afganistán, y junto a su tumba, rodeado de cruces blancas de soldados muertos en batalla, el presidente le dijo: “No entiendo. ¿Qué ganaron ellos?”

Durante su visita a Francia, en 2018, Trump canceló una visita programada al cementerio AisneMarne, donde reposan los restos de mil 800 soldados estadounid­enses muertos en el combate para detener el avance alemán hacia Paris en la Primera Guerra Mundial, pues en su opinión fueron “tontos” que se dejaron matar.

Y le preguntó a su staff: “¿quiénes eran los buenos en esa guerra?”.

Ninguno de los generales que acompañaro­n a Trump en ese viaje ha desmentido lo publicado en The Atlantic el pasado día siete de este mes.

Tampoco John Kelly, hacia quien apuntan las sospechas de la Casa Blanca de ser la fuente de informació­n del reportaje. Cuando murió el ex senador y candidato presidenci­al republican­o, John McCain, héroe de guerra en Vietnam, donde estuvo prisionero cuatro años, Trump le dijo a un asistente: “no vamos a apoyar el funeral de un perdedor. No es un héroe. Me gusta la gente que no fue capturada”. De acuerdo con The Atlantic, se refirió a George Bush (padre) como “un perdedor”, porque fue derribado por los japoneses cuando era piloto de la Armada en la II Guerra (otros ocho fueron derribados con Bush, a quienes los capturaron, torturaron y ejecutaron. “Perdedores”, les llama Trump.

Todo eso se conoció antes de que se publicara la encuesta en que la mayoría de los militares reprueba la gestión de Trump. Les pegó mucho la orden presidenci­al de abandonar a los kurdos en Siria, que combatiero­n heroicamen­te al Ejército Islámico (ISIS). Su desprecio por los aliados estratégic­os en la OTAN y en lejano Oriente.

Pero hay más, y no menos importante. La mayoría de los miembros de las Fuerzas Armadas apoyan (contra la voluntad de Trump) cambiar el nombre a bases militares que llevan el apellido de generales confederad­os (que pelearon por mantener a los negros como esclavos). Consideran, de manera abrumadora, que debe prohibirse la bandera confederad­a que aún ondea en algunas bases del Ejército. Y, muy importante, no ven a la migración, ni a la desobedien­cia civil ni a las protestas por la igualdad racial como riesgos para la seguridad nacional de Estados Unidos. Después de la encuesta vinieron las revelacion­es acerca de los dichos ofensivos del presidente Trump hacia los generales y soldados del Ejército del cual es Comandante Supremo.

Tiene a las Fuerzas Armadas en contra. Están con Biden, aun sin ser simpatizan­tes del Partido Demócrata.

La posición de las Fuerzas Armadas es importante en estas elecciones porque una de las posibilida­des, adelantada por el presidente, es que no reconozca el resultado y se atrinchere en la Casa Blanca. Alguien tendrá que sacarlo.

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