¿Por qué las protestas de mujeres irritan a AMLO? Enseñanzas de la historia
Apropósito de nuestras fiestas patrias y de los momentos que se están viviendo, que las mujeres vivimos en nuestro país…
Libro:
Escritor: Guillermo Barba
La Güera
Morelos fue derrotado en Valladolid y desde entonces no ha logrado vencer una sola vez. Creo que la lucha habrá de fracasar pronto. -Tú misma lo dijiste: ya vendrán tiempos mejores- dijo Ramón para tranquilizarla, aunque él mismo compartía el desánimo de la capitulación. Extrajo un impreso del bolso que llevaba consigo y sonrió orgulloso.
-Hay algo que te va a alegrar. Adivina qué es esto…
-Ojalá un documento que beneficie tu libertad- dijo ella, esperanzada.
-Algo mucho mejor- contestó radiante -es una copia del manuscrito que el cura Morelos publicó en Chilpancingo. Le llaman y servirá de guía en la hechura de nuestra constitución.
La Güera tomó las hojas con ternura de quien abraza un bebé recién nacido. Esos papeles simbolizaban el triunfo de aquello por lo que siempre lucharon: para crear sus propias leyes y gobernarse con propia luz. Pensó en lo orgullosos que estarían su padre y su difunto cuñado Manuel e, ilusionada, comenzó a leer con avidez. Lo primero que Morelos proponía era declarar la Independencia de América respecto a España; manifestaba su lealtad a la religión católica declarándola única, –sin tolerancia de otra–; ratificaba el principio de soberanía popular, por la que habían luchado desde 1808 y planteaba el establecimiento de un gobierno dividido en tres poderes: Legislativo, Ejecutivo y Judicial. (OJO, coordinadores, Mario Delgado, René Juárez, Juan Carlos Romero Hicks, Arturo Escobar, Reginaldo Sandoval, Alberto Esquer, Ricardo Monreal, Miguel Ángel Osorio Chong, Mauricio Kuri, Miguel Ángel Mancera, Manuel Velasco, etc, son unos de los tres poderes.)
Capítulo 56, Infortunios y Tertulias 1816
La Conspiradora. La historia desconocida de Rodríguez
Los Sentimientos de la nación,
España tras la muerte de su amado Mario Abasolo… Casi al mismo tiempo, el virrey Apodaca, quien había sustituido al cruel Calleja, liberó a Josefa Ortiz de su vergonzosa prisión.