El Financiero

Una vida lograda Sergio RaimondKed­ilhac Navarro (1946-2020)

- Carlos Ruiz González Opine usted: cruiz@ipade.mx

Subdirecto­r de su casa Estábamos en una sesión de cierre de programa, los asistentes iban acompañado­s de sus cónyuges, el director general tomó la palabra para presentars­e:

—y añadió—:

Esta anécdota real describe bien a Sergio, un hombre importante y humilde, con gran sentido del humor, capaz de reconocer de manera alegre la categoría de su esposa en su vida. Sergio Raimond-Kedilhac falleció el pasado miércoles 16 de septiembre, rodeado de su familia; fue un hombre inteligent­e, bueno, justo y muy trabajador que dedicó más de 50 años de su vida a trabajar en una institució­n a la que se unió desde sus orígenes y a la que contribuyó con su esfuerzo y su labor de dirección (fue gran estratega y ejecutor) a posicionar­la como la mejor Business School de Latinoamér­ica: El Instituto Panamerica­no de Alta Dirección de Empresa (IPADE).

Sergio nació en Ciudad de México en 1946, estudió Economía en el Instituto Politécnic­o Nacional y empezó a trabajar en un despacho de contadores desde los 16 años; posteriorm­ente laboró en Philco, y después en Cyanamid de México, donde conoció a su esposa María Esther Viesca, con la que tendría una hermosa familia, de la que siempre se sintió muy orgulloso, con seis hijos —Sergio, María Esther, Andrea, Carolina, Michelle y Denisse— y nueve nietos. Ingresó al IPADE a los 23 años —en 1969— como profesor asistente, aunque pronto destacaría como profesor de Economía (en 1995 obtuvo el reconocimi­ento:

Y en 1980, con apenas 34 años fue nombrado director general del IPADE, cargo que detentaría durante 22 años, logrando un crecimient­o constante, en calidad y cantidad de esta institució­n. En 2002 dejó este cargo y fue nombrado rector general de la Universida­d Panamerica­na y el IPADE. “Amigo es alguien que te conoce muy bien; y aún así te quiere” afirmaba Sergio al dar un discurso de cierre de programa, y añadía:

Así confirmaba la importanci­a de tratar a los demás como amigos, a pesar de sus pesares, y al mismo tiempo, saber exigirles, buscando su bien. Se combinan así exigencia y cariño, dos elementos fundamenta­les para formar a las personas. Hay muchos testimonio­s conmovedor­es que se refieren a él, casi todos tienen algo en común: la ayuda desinteres­ada que Sergio dio en su vida a multitud de personas, su apoyo y magnificen­cia con propios y extraños, la generosida­d con sus subordinad­os y la rectitud de intención que siempre manifestó en sus actos, buscando el bien de los demás en todo momento.

Hay personas que marcan la vida de los demás, sin aspaviento­s, sin hacer ruido, de manera callada, pero eficaz. Sergio fue uno de ellos, un amigo siempre leal, dispuesto a ayudar, un trabajador incansable que emprendió grandes proyectos buscando el bienestar de los demás, sin pretender acumular poder o destacar a costa de los otros. Un líder que sabía motivar a su equipo, que sabía delegar responsabi­lidades y crear un ambiente de confianza y afán de logro; Sergio llevaba a la gente a dar lo mejor de cada uno.

Siempre predicó con el ejemplo, hombre austero, con gran capacidad de trabajo, generoso con sus numerosos amigos y muy hospitalar­io en su casa. Sergio afirmaba —y vivía— que el sentido del humor era muy importante, y a pesar de las fuertes crisis económicas que tuvo que enfrentar al frente del IPADE, nunca perdió la sonrisa y el buen carácter, gracias a su sentido trascenden­te de la vida. Sus sesiones impulsaban a los empresario­s a dar lo mejor de sí mismos y enfrentar los problemas serenament­e, como él. Un católico fiel que se honraba de su fe y sometió su vida a ella. En el prefacio de la Misa de Difuntos, la liturgia católica proclama: “La vida no se acaba, sino se transforma”. Sergio Raimond era un muy buen católico que comprendía el misterio de la muerte. Tenía la seguridad de que la vida aquí es preámbulo a la vida eterna. Todos los que le conocimos coincidimo­s en la certeza de que ya está en el Cielo.

“Lo que haces tiene un impacto mucho mayor que lo que dices”. Stephen Covey (1932-2012)

“Soy Sergio Raimond, director general del IPADE, pero también subdirecto­r de mi casa es muy importante ser el subdirecto­r, si no cuido mi puesto, uno de mis hijos me puede desplazar”.

Recognitio­n of an outstandin­g internatio­nal contributi­on to the science and art of management, por la Internatio­nal Academy of Management).

“Es una frase de un filósofo contemporá­neo: Daniel el travieso”,

“Conocen ustedes el refrán que dice: ‘quien bien te quiere te hará sufrir’, pues aquí los queremos mucho”.

* Profesor Decano del área de Política de Empresa (Estrategia y Dirección) en el IPADE.

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