Bolsonaro va ganando este partido a AMLO
En el futbol el problema no es ganarle a Brasil, sino hacerlo en los partidos importantes, en el Mundial... a la hora buena.
En la economía parece ocurrir algo similar. Allá el estado creó Embraer en los setenta y en los noventa la inversión privada complementó el proyecto para poner al país en la punta de los avances de aeronáutica. En México no existe un campeón mundial tecnológico.
Ambos países se estancaron este siglo en lo concerniente a la creación de compañías que puedan hacer frente a todas las empresas que les vendieron a ustedes algo esta semana: Spotify, Netflix, Apple, Samsung, LG, Huawei, Facebook, Mercado Libre, Uber, Didi, Amazon… Francamente, ni ‘cariocas’ ni ‘aztecas’ pintan en el nuevo escenario de la economía digital mundial.
Ambas naciones son poderosas casi solamente por el tamaño de su economía y el de su población, que las ubican entre las 20 más grandes del mundo, pero las dos aparecen al fondo del ranking del IMD World Digital
Competitiveness Ranking 2020, divulgado ayer. Aunque hay una diferencia importante, un partido que debía ganarse y lo ganó Brasil. México cayó cinco lugares y los sudamericanos avanzaron seis.
Los dos países cambiaron su gobierno casi al mismo tiempo e indicaron al mundo su interés para esta década. Los del norte avisaron que lo suyo es el petróleo y la gasolina, los del sur quieren entrar a la carrera de las empresas de mayor valor en el mercado global.
El presidente Andrés Manuel López Obrador centró la energía de su gobierno y el dinero de los contribuyentes en la perforación petrolera y en una refinería. El polémico mandatario Jair Bolsonaro avanza piezas en lo que puede llevar, por ejemplo, a la programación de vehículos eléctricos autónomos. México cayó al lugar 54, Brasil subió al 51 en una lista de 63 naciones encabezada por Estados Unidos y que ubicó al final a Venezuela. ¿Qué califican? El número de personas disponibles para producir empresas digitales; la adaptación de leyes, infraestructura y capital disponible para ese propósito; la adaptación de la gente para trabajar con nuevas herramientas y la agilidad para hacer negocios en general. Vaya, saber dar click en un link para conectarse en una conferencia a Zoom es apenas el inicio del camino. Producir una empresa que compita con Zoom y que termine valiendo más de mil millones de dólares, eso es lo que puede generar la riqueza necesaria para encaminar a la gente en la dirección necesaria. Pueden producirse varias empresas así con los más de 6 mil millones de dólares que cuesta una fábrica de combustibles. En Brasil entendieron esta dinámica desde la década pasada. Justamente hoy, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovaciones –Brasil tiene una secretaría completamente dedicada a esta actividad, dirigida por el astronauta Marcos Pontes– lanzará la agenda de la primera edición del Mes Nacional de la Ciencia, Tecnología e Innovaciones.
Deriva de una política que legó el gobierno de Dilma Rousseff y que lejos de eliminar, fortaleció el presidente Bolsonaro a su llegada.
Una investigación de 2016 entre expertos, encabezada por la economista ítalo estadounidense Mariana Mazzucato, del University College London, resaltó que la reacción de Brasil es una suerte de “volver al futuro”, que puede ser vista así:
“Si bien Brasil todavía no es una “potencia científica”, como lo expresó uno de los entrevistados, tiene todos los elementos clave de un subsistema de ciencia y educación bien desarrollado”. AMLO tiene aún cuatro años para meter a México a la carrera, al juego importante, al mundial que por cierto, fue revolucionado por un coronavirus.
Director General de Proyectos Especiales y Ediciones Regionales de El Financiero
“Francamente, ni ‘cariocas’ ni ‘aztecas’ pintan en el nuevo escenario de la economía digital mundial”
“AMLO tiene aún 4 años para meter a México a la carrera (...) al mundial que por cierto, fue revolucionado por un coronavirus”