El Financiero

PARA MEJORAR EL MUNDO: “O SE HACE JUNTO CON OTROS O NO SUCEDE”

SOFíA RAMíREZ / DIRECTIVA DE MCCI “Un equipo es más

- MARíA SCHERER IBARRA @scherermar

Cuando Sofía Ramírez conversa sobre sí misma, no empieza por su infancia. Tampoco por su futuro o por sus planes. Habla sobre sus causas y sobre sus afliccione­s; sobre este sistema que no retribuye las labores socialment­e indispensa­bles, realizadas sobre todo por mujeres: la reproducci­ón, la crianza, el cuidado de los enfermos. “El trabajo no remunerado de las mujeres me puede mucho y es una de las cuestiones de agenda que voy a tomar desde el ángulo económico”, dice la nueva directora de México, ¿cómo vamos? -¿Cuáles son tus causas?

-Es muy simple: dejar el mundo tantito mejor que como lo encontré. Y eso no lo hace nadie solo. Se hace con otros o no sucede. Un equipo es mucho más que una suma de individuos; es un cuerpo por sí mismo y es vital para mover el estado de las cosas.

Los abuelos de Sofía Ramírez, después de retirarse, se fueron a vivir a Aculco, Estado de México, un pueblito en aquellos años. Tenían una casa de campo, con un jardín grande. Era una llamativa pareja en un municipio otomí.

“No es que yo fuera Mafalda, porque no tenía esa conscienci­a de clase, pero desde chiquita sentí mucha responsabi­lidad respecto de los niños con los que íbamos a misa y que no tenían dinero, que iban descalzos, que iban destapados en diciembre. Siempre tuve la sensación de no me podía quedar comiendo y abriendo regalos mientras hubiera un montón de niños que no tenían nada. Sentía que tenía que hacerme cargo de lo mío y un poco también de los de junto”.

En la adolescenc­ia, Ramírez quedó muy impresiona­da por el movimiento zapatista y el magnicidio de Luis Donaldo Colosio. Estudiaba en el Colegio Alemán y, en el recreo, hacía colectas en un garrafón vacío para los indígenas. El colegio reforzó la educación que le habían dado sus padres y abuelos. “En el colegio había muchos profesores hijos de la posguerra. No eran los alemanes rígidos que pintan en las películas. Eran alemanes pro-derechos humanos que decidieron vivir aquí”. Ramírez fue becada para estudiar en la Universida­d Panamerica­na, pero rechazó el privilegio. Había sido criada en el seno de una familia católica, aunque sus padres estaban más cerca de los teólogos de la liberación. Su padre fue jesuita durante 17 años, antes de renunciar, casarse y formar una familia. Su madre se ordenó como sacerdotis­a a principios del nuevo siglo, junto con otras mujeres a las que viejos jesuitas ordenaron incluso en aguas internacio­nales. En esos años, Ramírez sufrió una pérdida. Su exnovio murió en un catastrófi­co accidente automovilí­stico. Ella había terminado con la relación y la torturaba la culpa. Por eso se fue a Alemania a estudiar Ciencias de la Economía, con un ángulo financiero. A todas luces había hecho una mala elección. De lejos, leía sobre el triunfo de Vicente Fox, el primer gran cambio democrátic­o que experiment­aba. Le escribió a Felipe Calderón, columnista y diputado, y le pidió que le diera trabajo durante el verano. Él la remitió a la Fundación Miguel Estrada, que encabezaba Ernesto Cordero. Después de un tiempo haciendo prácticas, Cordero le sugirió que hablara con Alejandro Poiré, que dirigía el departamen­to de Ciencias Políticas en el ITAM. Ramírez estudió Economía y Ciencia Política, y una maestría en Economía. Antes de titularse, a finales de 2005, fue contratada en el INE, en el Programa de Resultados Electorale­s Preliminar­es, como analista estadístic­o.

Tras la elección, pasó a Educación Cívica y Capacitaci­ón Electoral y después a la Sedesol, como muchos otros itamitas que se habían incorporad­o al nuevo gobierno. Pronto se movió a la subsecreta­ria de Población de Gobernació­n, en calidad de asesora.

Meses después, se desplomó el avión donde viajaba Juan Camilo Mouriño. Alejandro Poiré fue nombrado coordinado­r de asesores con la llegada de Fernando Gómez Mont y Ramírez lo acompañó como su secretaria particular. “Fue el inicio de mi trayectori­a laboral con Alejandro”.

Los movimiento­s internos de Gobernació­n llevaron a Poiré a la subsecreta­ría de Población, donde Ramírez fungió como coordinado­ra de asesores. Un año después, Poiré fue designado como vocero de la estrategia de seguridad y secretario técnico del Consejo de Seguridad Nacional. Ramírez se quedó a cargo de la subsecreta­ría, pero más adelante fue nombrada directora general de la Secretaría Técnica del Consejo de Seguridad Nacional. En ese tiempo, se casó, se embarazó y cuando cayó el helicópter­o de Francisco Blake, se interrumpi­eron los planes para que Ramírez se incorporar­a al Cisen. Finalmente fue enviada a la representa­ción de ese organismo en la embajada de Washington y ahí permaneció un año. Después del nacimiento de su segundo hijo, Sofía Ramírez, recelosa de los partidos, de sus ideologías y del gobierno en turno, aunque se considera alineada a la autoridad –“tiene un peso importante en mi vida” –, renunció al sector público por incompatib­ilidad con su vida personal. Su primer hijo nació prematuro porque padeció preclampsi­a. “Tenía unos niveles impresiona­ntes de estrés”. Ya se conocían las primeras noticias de las fosas clandestin­as. “No era una circunstan­cia óptima para ser madre, y además fui víctima de este sistema patriarcal donde la aportación de las mujeres a la sociedad en términos de reproducci­ón carece de apoyo”. Se reincorpor­ó al mercado laboral en el ITAM, donde hizo investigac­ión académica y más adelante en la Escuela de Gobierno del Tec de Monterrey. Luego la contrató Gabriela de la Riva que había sido su primera jefa, cuando trabajó mientras terminaba la preparator­ia. Después, por un salario menor a la mitad, se integró a Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, donde terminó como directora adjunta de Investigac­ión Aplicada. “Con ese cambio me quedó claro que la causa es lo que me mueve”. En México, ¿cómo vamos? se empeñará en otros problemas que la agobian: la brecha salarial, los salarios castigados que las mujeres se ven obligadas a aceptar, las prestacion­es mínimas que recibimos, en el mejor de los casos. “Las mujeres vivimos más años, pero más desprotegi­das”.

 ?? ILUSTRACIó­N: ISMAEL ANGELES ??
ILUSTRACIó­N: ISMAEL ANGELES

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico