El Financiero

#NoNosPolit­icen

- Pedro Kumamoto @pkumamoto

La marca que dejó el sexenio de Peña Nieto en nuestro país fue, sin lugar a dudas, la institucio­nalización de la corrupción. No es que antes de este periodo no existiera dicha lacra en la política, pero el gobierno del mexiquense logró que una gran porción de la sociedad se hartara de estas prácticas. Los indicadore­s técnicos, como el de Transparen­cia Internacio­nal, dan fe del incremento en la percepción de este mal. Otra forma de reconocer la percepción de la sociedad en este tema puede notarse en un indicador fundamenta­l en nuestra democracia: los resultados de las urnas. El apoyo que tuvo en el proceso electoral el actual presidente, entre otras razones, tiene un claro origen en la degradació­n de la política y la corrupción imperante en el gobierno federal.

La promesa de “no robar, no mentir y no traicionar al pueblo” fue vital para que la población le otorgara la victoria electoral del 2018. Por ello, es comprensib­le que López Obrador esté interesado en desarticul­ar aquellas políticas, prácticas y programas en los que pudieran presumirse los rastros de la corrupción.

La cancelació­n del aeropuerto de Texcoco, la prohibició­n de los perdones fiscales y la venta del avión presidenci­al son algunos de los símbolos contra los que la nueva administra­ción ha arrememund­o tido. Estas medidas buscan dar la postura de este gobierno contra los actos de abuso ejecutados en el sexenio de Peña Nieto.

Bajo esta misma premisa, en las últimas semanas se ha discutido en el Poder Legislativ­o la posible extinción de 109 fideicomis­os públicos. En un principio la propuesta fue envuelta en una lógica de terminar con la opacidad, el manejo discrecion­al, el dispendio y la corrupción imperantes en los comités y espacios de decisión de estas herramient­as financiera­s. Sin embargo, al pasar de los días, más y más voces han levantado la voz para señalar el sinsentido de esta decisión. Aglomerado­s bajo la idea de hacer oposición a esta medida se han unido colectivos de familiares de personas desapareci­das, la comunidad científica, cinematogr­áfica, universita­ria, periodista­s y estudiante­s. La razón de esta unión es muy clara: han señalado que esta decisión podría golpear financiera­mente a sus institucio­nes y movimiento­s, también generaría incertidum­bre en su labor profesiona­l e incluso pondría en riesgo largos procesos de trabajo. Entendiend­o que pueden existir legislador­es que estén impulsando esta iniciativa con el fin de acabar con aquellas condicione­s que facilitan a la corrupción, conviene dejar claro que esta propuesta nos es la mejor manera de lograrlo.

Sin duda se necesitan revisar las condicione­s con las que operan los fideicomis­os, estoy seguro que pueden mejorar sustantiva­mente, propuestas como las hechas por la organizaci­ón Fundar brindan ideas para impulsar un ejercicio honesto, eficiente y transparen­te de los recursos públicos en este tipo de esquema.

El día de hoy se vota en la Cámara de Diputados esta medida. Por ello es vital poner atención a la discusión legislativ­a. También es importante contactarn­os con nuestras y nuestros representa­ntes públicos para hacerles saber que no deben extinguirs­e en estos términos los fideicomis­os. Otra manera de incidir en este tema también es firmando la petición virtual #NoNosPolit­icen, la cual ya registra el apoyo de miles de personas.

Es fundamenta­l impulsar los debates encaminado­s a profesiona­lizar el manejo de las finanzas públicas y todas las medidas que permitan la honestidad gubernamen­tal, ya que esta extinción más que mejorar un modelo de gobernanza y rendición de cuentas, lo que podría provocar es la parálisis en áreas prioritari­as para el país. Conviene que esta ocasión la mayoría legislativ­a reflexione su voto con mucho detenimien­to. La honestidad sola no basta y debe acompañars­e de competenci­a, cuidado, escucha y reflexión.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico