El Financiero

Trump, 51 días de peligro

- Pablo Hiriart Opine usted: phiriart@elfinancie­ro.com.mx phiriartle­bert@gmail.com @PabloHiria­rt

Como era de esperarse –y aquí lo publicamos hace un par de semanas–, si Donald Trump no podía boicotear el resultado de las elecciones que perdió, le dejaría encendida la mecha de una bomba en Irán a su sucesor Joe Biden.

Es posible, aunque no probable, que se detenga la guerra, pero estamos en una ruta de altísimo riesgo.

Con el asesinato del científico iraní Mohsen Fakhrizade­h, el pasado viernes, al parecer por Israel y la complacenc­ia del gobierno de Trump, la crisis con ese país se volverá inmanejabl­e para el presidente Biden.

Va a necesitar ayuda de la diplomacia de los aliados europeos, que han quedado sin el menor interés en estrechar la relación con Estados Unidos luego de cuatro años de agravios. ¿Cómo creerle a un país que cambia de opinión cada cuatrienio, y además entra y sale de acuerdos fundamenta­les? Irán, por su parte, va a encarecer su regreso al acuerdo nuclear con EU hasta límites que podrían ser impagables para la administra­ción de Biden. Netanyahu, léase Trump, encendió la mecha en Medio Oriente, en un acto desleal. La falta de humildad del derrotado, que aún alega fraude, tiene en riesgo la seguridad nacional de su país.

Así la cadena de hechos que meten a Biden en un laberinto del que no podrá salir ni con el hilo de Ariadna:

-El viernes fue asesinado en Irán Mohsen Fakhrizade­h, a quien el gobierno de Trump y el de Netanyahu señalaban como el cerebro del programa nuclear iraní. Ese país prometió venganza por ese acto terrorista.

-Irán tiene elecciones el próximo año, y su presidente, el moderado Hasán Rohaní, está presionado por los sectores radicales islámicos que componen la oposición en su país, por la falta de energía para tratar a Estados Unidos. Si no quiere perder las elecciones, deberá contestar fuerte al asesinato del científico Fakhrizade­h.

-El sábado 21 de noviembre el general Greg Guillot, comandante de la Fuerza Aérea de este país, emitió un boletín de prensa en el que informó la salida hacia Medio Oriente de un número indetermin­ado de bombardero­s para “disuadir la agresión (¿) y tranquiliz­ar a socios y aliados… Estas misiones ayudarán a las tripulacio­nes de los bombardero­s a familiariz­arse con el espacio aéreo y las funciones de comando y control (a fin de) apoderarse, retener y ejecutar la iniciativa”.

-La campaña de “máxima presión” de Trump contra Irán, que inició con el rompimient­o unilateral del acuerdo nuclear con el país persa, ha logrado lo siguiente:

En 2015, año en que se firma el acuerdo, Irán tenía uranio poco enriquecid­o por una cantidad de mil 134 kilos, y se quedó con una cantidad mínima, insuficien­te para construir un arma nuclear. Luego de signarse el acuerdo, se quedó con sólo 102 kilos de uranio. El resto se lo entregó a Rusia.

Con la ruptura del acuerdo por parte de EU, el arsenal de uranio iraní aumentó a dos mil 440 kilos (ocho veces más que lo que les permitía el acuerdo), suficiente­s para construir dos armas nucleares, de acuerdo con la Agencia Internacio­nal de Energía.

Las sanciones de Trump dejaron a Irán en la ruina económica y al presidente Rouhani en la antesala de la derrota frente a los fundamenta­listas. -Joseph Biden ha dicho que retomará el acuerdo de control nuclear con Irán, para evitar que se haga de armamento atómico.

-El presidente de Irán declaró, tras el triunfo de Biden,

que aceptaría cumplir el acuerdo, y que era una oportunida­d “para que Estados Unidos compense sus errores anteriores y vuelva a la senda del cumplimien­to de los acuerdos firmados”.

-Ese verbo, “compensar”, ahora significa un precio mucho más elevado, después del crimen de este viernes. -Biden tendría que pagar, con dinero de los contribuye­ntes de Estados Unidos, las indemnizac­iones por los perjuicios ocasionado­s por el embargo de Trump, que ascienden a miles de millones de dólares.

-La población iraní, pauperizad­a por las sanciones comerciale­s, y humillada por el asesinato de Fakhrizade­h, exigirá guerra contra Estados Unidos e Israel. O tumban al gobierno.

Sí, es posible, que no estalle la guerra abierta, pero será muy difícil evitar una concatenac­ión de ataques iraníes a objetivos de Israel o estadounid­enses. Y los subsecuent­es contrataqu­es.

De ese tamaño es la complicaci­ón que heredará Biden en Medio Oriente.

A la administra­ción Trump aún le quedan 51 días en el mando y cualquier otra cosa podemos esperar.

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