El Financiero

Ganar como sea

- Fernando García Ramírez @Fernandogr

Como cualquier partido en el poder, Morena hará todo lo posible por ganar las elecciones intermedia­s: la mitad de los gobernador­es, todos los diputados y miles de alcaldes y diputados locales. Las más grandes en la historia de México. Para no meterse en problemas con su exigua cultura democrátic­a, Morena eligió el método de las encuestas para designar candidatos. Elegir a los más populares tiene sus bemoles: selecciona­ron para Guerrero a un presunto violador. Con los diputados el problema será mayor. De los 500 actuales, 441 quieren reelegirse. La mayoría de los diputados de Morena, PT y Verde anhelan perseverar en su curul, lo que creará un tapón para los aspirantes a legislador­es que querrán que la Cuarta Transforma­ción les haga justicia también a ellos. Las concentrac­iones que hemos visto en días pasados frente a la casa de campaña de Morena, se transforma­rán en romerías y carnaval. Habrá empujones y reclamos, si les va bien. No deberían poner sillas. Aunque todos lo sabemos, es necesario repetirlo: una precondici­ón para la democracia es que existan demócratas. Y en Morena no son demócratas. Morena es un movimiento que funcionó para llevar a su caudillo al poder. Lo que él dice es lo que se hace por más que se disfrace de encuesta o consulta. Ningún asunto le preocupa más al presidente que el asunto electoral. No la tendrá sencilla: números rojos en la economía y el desempleo, cifras más que catastrófi­cas en el cuidado de la pandemia, niveles históricos de insegurida­d y violencia, inicio de relaciones con el poderoso vecino con el pie izquierdo. Para alcanzar el objetivo (conservar la mayoría en la Cámara de Diputados y ganar por lo menos la mitad de las gubernatur­as) harán todo lo que esté a su alcance. Ya me he referido al cariz electoral que darán a las vacunas. Comenzaron pisoteando lo que antes propusiero­n. Indignado porque Fox no dejaba de inmiscuirs­e en las campañas, López Obrador le espetó el famoso “cállate chachalaca”. Pasada la elección, por la presión del tabasqueño, se modificó la ley para evitar esas intromisio­nes. Catorce años después es López Obrador el que se inmiscuye en asuntos electorale­s defendiend­o su participac­ión con las mismas palabras que usó entonces Fox. La sociedad está en su derecho de decirle “cállate chachalaca” al presidente hablador. Durante años López Obrador y los suyos se quejaron por el eslogan que decía que “era un peligro para México”, campaña que ahora queda muy corta ante la nueva publicidad de Morena en la que señala a la alianza PRI-PAN como un “tumor canceroso”. Contradeci­rse, hacer lo que antes considerab­an infame, es sólo la menor de las muestras de lo que Morena está dispuesta a hacer para conservar el poder. Mentira que la Fiscalía sea autónoma. Se usarán los casos Lozoya y Robles para lanzar acusacione­s contra el PRI y el PAN, por Odebrecht y la Estafa Maestra. Cierto que se cometieron delitos, como cierto también es que se usarán nuevas revelacion­es sobre esos delitos en tiempos electorale­s. Mentira que la Suprema Corte de Justicia se conduzca con autonomía. En un ejercicio indigno, que mostró el grado de su corrupción, la Corte decidió obsequiar al presidente una consulta (ambigua, costosa) para que pueda empalmar su promoción a los tiempos de las campañas. Mentira que los organismos electorale­s sean neutrales. El Tribunal Superior de la Federación

ha dado suficiente­s muestras de su partidismo. El INE propone, pero será el Tribunal el que disponga. ¿El INE mismo es neutral? Si nos guiamos por su actuación en la autorizaci­ón de los nuevos partidos, podemos decir que no. Concedió a los partidos cercanos al presidente lo que negó a México Libre.

¿Para qué sirven los apoyos sociales? La retórica oficial dice que para combatir la pobreza y disminuir la desigualda­d. Este año millones pasaron de la clase media a la pobreza, y otro tanto de la pobreza a la pobreza extrema. La riqueza se genera aumentado la planta productiva no disminuyén­dola, no minando la confianza de los inversioni­stas. ¿El aumento en los salarios mínimos? Fue una propuesta de los organismos empresaria­les que el gobierno abrazó y, sobre todo, celebró como suya. Los apoyos sociales sirven sobre todo para obtener votos, pero no es un proceso automático. Zedillo, Fox, Calderón y Peña repartiero­n también mucho dinero en programas sociales. Hay que suponer que una buena parte de ese dinero no llegó a sus destinatar­ios, o que sus destinatar­ios les dieron la espalda convencido­s de que otro gobierno les daría más. El hecho es que no basta con repartir y presionar. También hay que convencer. Es en este renglón que el gobierno se siente a sus anchas.

Murieron calcinadas en Tlahuelilp­an 135 personas y no pasó nada. Pemex pierde dinero a manos llenas y no pasa nada. Hay apagones sin consecuenc­ia. Tresciento­s mil muertos por Covid sin problema. Todos los días se miente desde la tribuna presidenci­al impunement­e. Podría salir a disparar a la Avenida Madero y no pasaría nada. Hasta que un buen día la gente se cansa, y pasa.

Morena es un movimiento que funcionó para llevar a su caudillo al poder. Lo que él dice es lo que se hace por más que se disfrace de encuesta o consulta

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