El Financiero

El PAN y la autoridad moral

- Salvador Camarena Opine usted: nacional@ elfinancie­ro.com.mx @salcamaren­a

Mañana sábado, en consejo nacional, el PAN podría determinar que Marko Cortés, actual presidente con licencia, ocupe la presidenci­a de Acción Nacional tres años más. Lo haría luego de que los dos contendien­tes que medio intentaron enfrentarl­e fueron descalific­ados por la propia dirigencia, tripulada por Marko. En el pasado –sí ya sé que qué lata con el pasado– las elecciones de líder blanquiazu­l eran ocasión de grandes debates, incluidos cismas. Los candidatos planteaban un rumbo y se peleaban por convencer de que su ruta era la que convenía. No siempre acabó bien el asunto, pero eran encuentros dignos de seguir.

Hoy en el PAN las “elecciones” son prácticame­nte un agandalle por parte de un grupo que supo manipular el padrón para copar todas las posiciones. Y encima no son necesariam­ente buenos para debatir o expresar ideas. Dado que la oposición es demasiado importante –a pesar de sus limitacion­es– como para sólo dejar que ellos hablen de sus procesos internos, traigo a cuento en este viernes palabras de un panista que, en otro momento, le dijo cosas a su partido que parecen precisas para el momento actual.

Esto es lo que decía Carlos Castillo Peraza en La Nación en abril de 1987.

“En México ha sucedido que en lugar de que las virtudes privadas hayan pasado a la vida pública, los vicios públicos han empezado a carcomer la vida privada. El problema es, a la vez, político y moral.

“Para nadie es un secreto el hecho de que, paulatinam­ente, el Estado –y aquí utilizo este término para designar el monstruo híbrido Estado-gobierno-partido oficial– ha ido absorbiend­o a la sociedad. Poco a poco, las sociedades intermedia­s que son los sindicatos, las agrupacion­es profesiona­les, las diversas cámaras, las asociacion­es de padres de familia, etcétera, han sido incorporad­as al sistema, la sociedad se ha ido debilitand­o y se puede decir que, en la actualidad, el ciudadano está virtualmen­te solo frente al Estado. Baste ver la forma en que actúan muchos, demasiados organismos sociales, para darse cuenta de esta lamentable realidad que deja al Estado sin contrapeso y a los detentador­es del poder sin límite para sus abusos impunes. (…)

“De aquí no es difícil concluir que la tarea de un partido político, en la actualidad, no puede limitarse a la disputa electoral del

Hoy en el PAN las “elecciones” son prácticame­nte un agandalle por parte de un grupo

poder, sino ampliarse. La tarea es mucho más difícil y mucho más larga: se trata de reconstrui­r la sociedad, de constituir una autoridad moral frente al Estado, de crear un polo capaz de atraer a todas las personas y todas las agrupacion­es que deseen ser sociedad y no Estado”.

El yucateco, fallecido hace 21 años, encontraba por entonces así al panismo: “La fuerza del partido radica en que el pueblo confía en él. Su fuerza está en su autoridad moral. Por el contrario, la debilidad del régimen está en su falta de ésta, en el hecho de que ya casi nadie le cree nada, en que ya ni siquiera puede decepciona­r, puesto que ya no es capaz de suscitar esperanza alguna”.*

Si este sábado ocurre la “elección no elección de dirigencia nacional”, el PAN al menos debería responder con franqueza: ¿tiene la sociedad confianza en ellos? ¿Qué fue de su autoridad moral? Porque a diferencia del anterior régimen, hoy a AMLO sí le creen muchos, eh.

Por cierto, Castillo Peraza señala lo aquí citado al prever los daños que podría acarrear al PAN el recibir recursos públicos, esos que tanto administra­n Marko Cortés y Jorge Romero.

* compilado por Alonso Lujambio y Germán Martínez Cázares. FCE 2006.

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