El Financiero

Ómicron, el mundo y México

- Leonardo Kourchenko Opine usted: mundo@ elfinancie­ro.com.mx

Amedida que la consternac­ión crece por la alta mutación de la nueva cepa del Covid-19, las reacciones económicas, los mercados financiero­s y las políticas de cierres y confinamie­ntos se aceleran en distintas partes del mundo.

A finales de la semana pasada observamos con preocupaci­ón los daños a la cotización del peso mexicano, junto con cierres ordenados por algunos gobiernos europeos. Ayer mismo el presidente Biden llamó a la preocupaci­ón atenta, pero no al pánico.

Las caracterís­ticas de ómicron –según ha designado la Organizaci­ón Mundial de la Salud– la definen como una cepa altamente contagiosa por su mutabilida­d: cambia rápidament­e y se adapta al organismo huésped para intentar romper el código y penetrar el núcleo de la célula. Es como si el virus se hiciera más pernicioso y ofensivo. Los gobiernos serios del mundo –en los que México tristement­e no se encuentra– han

Estamos en una situación vulnerable ante la eventual llegada de ómicron a México

determinad­o acelerar refuerzos de vacunación, al tiempo de medir y evaluar la propagació­n de la nueva cepa para determinar eventuales cierres y confinamie­ntos.

En México, el presidente López Obrador no sólo desestimó la agresivida­d de la nueva cepa, sino que convocó a miles de ciudadanos a un festejo absurdo –en plena pandemia–, en el Zócalo capitalino. La celebració­n de sus tres años suena a fiesta frívola, insensible y francament­e irresponsa­ble cuando la estrategia debiera ser evitar concentrac­iones y evaluar medidas preventiva­s. Pero aquí lo que importa es el espectácul­o, no la vida de las personas. Por supuesto su mayor porrista y seguidora incondicio­nal, la señora Sheinbaum dijo que en la Ciudad de México no habría cierres ni restriccio­nes. Todo esto sucede cuando el ritmo de vacunación ha disminuido por razones que ignoramos y que, además, nadie explica ni informa. Según los reportes de la Secretaría de Salud, existen en bodega más de 40 millones de vacunas que, inexplicab­lemente, no se distribuye­n entre la población. El gobierno presume que tiene más de 132 millones de vacunas colocadas, lo que significar­ía –según sus propios números– apenas el 50% de la población con dosis completa. Según los epidemiólo­gos de la OMS, un país fortalecer­á sus niveles de defensa frente a una nueva ola de cepa agresiva – ómicron– en la medida en que sus índices de vacunación con refuerzo –tercera dosis– supere niveles del 65-70% de la población.

En México no hemos completado la segunda dosis, falta más de la mitad del país de tener esquema completo, olvídese usted de tercera dosis de refuerzo. Conclusión: estamos en una situación vulnerable ante la eventual llegada de ómicron a México.

El gobierno federal ha peleado hasta en tribunales el hecho de no vacunar a menores de 18 años, cuando Europa entera y Norteaméri­ca ya dieron ese paso.

¿Qué propósito podría tener –ya pasaron las elecciones– guardar 40 millones de dosis? ¿Para qué? No se trata de encarecer el producto, consideran­do que es de distribuci­ón gratuita. ¿Por qué el gobierno no acelera sus sistemas de vacunación cuando sus propios inventario­s señalan existencia? Nadie lo puede explicar. Antes decían que estaban en tránsito, pero son muchos millones para estar en traslado.

Así que nos espera un fin de año peligroso. Con fiestas y concentrac­iones, en el juego irresponsa­ble y cínico de los aplausos en la plaza pública, cuando esta nueva y mutante cepa acecha el horizonte. Como las autoridade­s no emiten una sola directriz de protección ciudadana, lo invito a que lo haga usted, con su familia y asuma todas las medidas preventiva­s para evitar contagios crecientes de fin de año. Estados Unidos tiene una ruta ascendente en contagios – antes de ómicron– que apunta al 27% al alza, mientras que su cifra de defuncione­s va 10% a la baja. Esto se debe al éxito de su extendida y eficiente campaña de vacunación pública, abierta y universal. Con todo y que existe un 18-22% (depende el Estado) de población reacia a la vacuna.

En México se derrumba la vacunación, esconden las vacunas –nadie entiende por qué– y envían mensajes de fiesta y celebració­n como si no pasara nada. Mejor cuídese.

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