El Financiero

Rifa 2024, consultas digitales y encuestas

- Alejandro Moreno Opine usted: amoreno@elfinancie­ro.com.mx @almorenoal

Ypara terminar el año, algunas ideas que van a tono con la moda actual de la austeridad republican­a. 1. Rifa de candidatur­as. Una de las medidas por las que muy probableme­nte será recordado el gobierno de López Obrador es la rifa del avión presidenci­al. La energía que el Presidente le dedicó a la rifa me hace pensar en otra posible rifa: la de candidatur­as de Morena, incluida la presidenci­al en 2024. Quizá suena descabella­do, pero en la antigua democracia griega, particular­mente la ateniense, los puestos de responsabi­lidad pública se rifaban, es decir, se escogía por medio de un proceso de lotería. Ese proceso reflejaba una férrea convicción en la igualdad política de los ciudadanos. La creencia era que cualquier ciudadano elegible podía hacer el trabajo bien y ajustándos­e a las expectativ­as democrátic­as compartida­s. El método de elección estaba reservado para algunos puestos, pero no era tan democrátic­o como el método de lotería.

El presidente López Obrador ha afirmado que el proyecto de la 4T tiene varias personas valiosas para darle continuida­d en 2024, varias “corcholata­s”, para usar su terminolog­ía. Intuyo que eso en el fondo significa que hay un sentido de igualdad entre esas corcholata­s. Morena no ha querido asumir los altos costos y el desgaste de una elección interna (que, no obstante, en mi opinión es una actividad partidaria esencial), y ha optado por emplear encuestas como método de selección, a pesar de sus múltiples problemas. Pero ahí está la opción de la rifa, la cual, como bonus, ayudaría a evitar que los “aspirantes” se anden placeando y distrayend­o de su trabajo en busca de consolidar una popularida­d definitori­a en el poco apropiado método de la encuesta.

Si la memoria no me falla, ya Morena ha recurrido al método del azar, tipo lotería, para selecciona­r candidatos y candidatas a puestos de elección popular. El meollo de todo está en definir un listado de corcholata­s viables, dispuestas a participar en esa rifa, de aceptar los resultados y a debatir públicamen­te sus ideas con el fin de que la ciudadanía conozca sus posturas. Las pelotitas de la Lotería Nacional, con el nombre de cada una de las corcholata­s, a plena vista y con transparen­cia, pueden servir muy bien para este propósito. 2. Ir perfilando una teledemocr­acia digital. El asunto de la consulta de revocación de mandato está generando ten

Morena no ha querido asumir los altos costos y el desgaste de una elección interna

siones políticas e institucio­nales serias. El INE tiene la misión de organizar elecciones confiables, pero que se ven como muy costosas; por su parte, el gobierno de López Obrador tiene el objetivo de la austeridad y, a su vez, el propósito de involucrar al pueblo en formas de democracia directa más recurrente­s. Creo que esta crisis política tiene una posible salida a mediano y largo plazo en la digitaliza­ción de la democracia directa, tanto para ésta como para otras consultas. ¿Cómo hacer para que la ciudadanía participe de manera regular en asuntos de interés público, de manera directa, democrátic­a, confiable y transparen­te? La respuesta podría estar en las tecnología­s digitales, en lo que algunos han llamado teledemocr­acia.

La idea no es nueva ni es original. El historiado­r Paul Cartledge la menciona en su libro Democracy: A Life (Oxford 2016), como una posible combinació­n de la nueva tecnología digital con la antigua práctica de democracia directa. Por cierto, en ese libro también se hacen múltiples referencia­s a la selección de puestos públicos en la antigua Grecia por medio del método democrátic­o de la lotería.

Es factible que la tecnología digital ha contribuid­o a la creciente polarizaci­ón política y ha puesto en riesgo algunas de las prácticas democrátic­as actuales, incluidas las propias elecciones. Pero hay que verles el lado positivo, y ciertament­e hay que reconocer que estamos ya entrados en la tercera década del siglo 21 y todavía hacemos elecciones con papel y crayón. La propuesta de democracia digital quizá pueda irse experiment­ando con consultas y plebiscito­s, a nivel local y nacional, si es que aún no tenemos enterament­e la confianza de elegir presidente por medio de nuestros teléfonos o tablets. El presidente López Obrador habló de las encuestas como plan B a la consulta, pero estas últimas las habrá de cualquier forma, así que, más que una alternativ­a, las encuestas son un complement­o.

Ahí dejo un par de ideas en el espíritu de comenzar un Año Nuevo con nuevos propósitos. Le agradezco su amable lectura de Las Encuestas a lo largo de este 2021 y le deseo un muy feliz, saludable e interesant­e 2022.

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