Refrenda el PAN voluntad de diálogo con la 4T
productivo que genera empleo y para que se genere certeza a las inversiones”.
De cara a la discusión de la reforma eléctrica este año en la Cámara de Diputados, hizo mención particular de las inversiones en energías limpias y renovables, pues son parte del impulso a la economía. El líder blanquiazul también minimizó el alza de 22 por ciento al salario mínimo este año, pues “resulta poco frente a la inflación que impacta directamente en el aumento de precios de la canasta básica”. “Especialmente en los alimentos, pues varios productos llegaron a costar en diciembre 70 por ciento más de lo que costaban hace tres años, sin contar con el incesante aumento en el precio del litro de la gasolina. Lo peor es que 2022 está arrancando con más incrementos en los precios”, reprochó. En materia de seguridad, el partido que es segunda fuerza política en el país seguirá insistiendo en un cambio de estrategia en la que no sólo haya inteligencia, sino acción de los cuerpos de seguridad contra la delincuencia organizada, “porque la de ‘abrazos, no balazos’ ha sido un rotundo fracaso”.
En el rubro de salud, la agenda panista contempla pugnar por la garantía de medicina y vacunas para todos, en especial para las personas atendidas por el extinto Seguro Popular.
Las estatuas son las formas que los políticos buscan para sentirse inmortales, que trascienden su tiempo y que forman parte de la historia. Hoy en día es una forma vieja, en desuso y con mala imagen por lo que fueron los monumentos que se mandaron erigir genocidas como Stalin o Sadam Husein. Quizá las imágenes más significativas cuando un país se libra de un dictador es cuando derriban las efigies de los tiranos. La estatua de un dirigente en el suelo es el símbolo no sólo de una caída, sino de un sentimiento social.
Por supuesto no sólo existe la voluntad de algún demagogo para tratar de inmortalizar su figura. También están los aduladores, los lambiscones, los arrastrados que saben halagar al vanidoso, al hombre acomplejado que no logra entender su dimensión. Son ellos los que, en muchas ocasiones, mandan hacer los monumentos, sabedores de que el jefe se sentirá halagado y hará muestras de su falsa modestia.
Que la grotesca estatua de López Obrador terminara en el suelo en un municipio de raigambre priista es toda una lección de política mexicana. El Presidente es un priista de los viejos. Conoce sus formas y sus mañas, las practica sistemáticamente y se siente cómodo con quienes han militado en ese partido. Una de las maneras más definitorias del priismo es la adulación, la adoración del mandatario en turno a niveles religiosos. Hace poco, López Obrador dijo en una de sus conferencias que no quería estatuas, ni calles, ni escuelas. Ésa fue la señal de que el jefe quería sus estatuas, calles y escuelas. El hombre que se siente humilde
López Obrador dijo en una de sus conferencias que no quería estatuas, ni calles, ni escuelas
Ésa fue la señal para sus aduladores de que el jefe quería sus estatuas, calles y escuelas
y sencillo, el que se siente modelo de ser humano y que azota a los pecadores con sus condenas, lo que busca en el fondo es alimentar su vanidad. En muchas ocasiones se