Expresa Francisco su dolor por el crimen vs. curas en Chihuahua
El obispo de Tijuana encara a Adán Augusto y le pide esclarecer los homicidios
El rector de la Ibero CDMX, Luis Arriaga, llama a “no dar verdades a medias”
El papa Francisco expresó su dolor y consternación por el asesinato de dos sacerdotes jesuitas, Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar, en Cerocahui, Chihuahua, al igual que de Pedro Eliodoro Palma Gutiérrez, un guía de turistas, que también fue asesinado. Durante la audiencia general de ayer, el papa afirmó: “¡Cuántos asesinatos en México! Estoy cerca, con afecto y oración a la comunidad católica afectada por esta tragedia. Repito que la violencia no resuelve los problemas, sino que aumenta el sufrimiento innecesario”. Esta declaración llegó después de que el martes se supiera que los sacerdotes Campos Morales y Mora Salazar fueron asesinados después de que Palma Gutiérrez entrara al recinto jesuita en Cerocahui, Chihuahua, en la sierra Tarahumara. Ayer, el obispo de Tijuana, Francisco Barrón Moreno, pidió personalmente y de frente al secretario de Gobernación, Adán Augusto López, el pronto esclarecimiento del homicidio de los sacerdotes jesuitas. El obispo Barrón Moreno abordó al titular de Gobernación, que tuvo una reunión con empresarios en Tijuana, y le insistió –antes de que se anunciara que ya fueron localizados– en la búsqueda de los cuerpos de los curas.
En respuesta, el titular de Segob lamentó el hecho y refrendó el apoyo del gobierno federal al obispo, a toda la comunidad eclesiástica nacional y garantizó que se esclarecerá el crimen.
El funcionario participó en una reunión con el sector empresarial en Tijuana, Baja California, junto con la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, y la gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Ávila. Por otro lado, durante la Reunión Anual del Sistema Universitario Jesuita (SUJ), los rectores señalaron que en México se vive una constante crisis de violencia.
En el panel Justicia con paz y reconciliación, Óscar Castro, director general del Tecnológico Universitario Valle de Chalco, sostuvo que “es muy importante visualizar por qué pasan estas cosas y cómo el gobierno está teniendo una posición muy tibia frente a la seguridad”. Castro consideró que es importante resaltar que este problema es una herencia de varios años, en los que el crimen organizado se ha incrustado en la sociedad mexicana. “Esta penetración en la vida cotidiana no se va a solucionar con una política social de corte universal dirigida a las familias, a los jóvenes, adultos mayores o mujeres, que no compite con esa coacción que está puesta en los diferentes contextos donde vive la gente más pobre”, sostuvo el rector.
Por su parte, Mario Patrón Sánchez, rector de la Universidad Iberoamericana (Ibero) en Puebla, resaltó que en estos momentos la comunidad jesuita está pasando por eso que viven miles de mexicanos todos los días después de que dos padres fueran asesinados. Según Patrón Sánchez, estos asesinatos “ponen en evidencia la ineficacia de la política de seguridad del Estado en todos sus niveles”. En este sentido, Alexander Zatyrka Pacheco, rector del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), expuso que ha habido “críticas sistemáticas a la pobre respuesta de las autoridades de todos los niveles. En la manera sistemática en cómo se tiran la pelota unos a otros”. Agregó que las agrupaciones políticas no van a actuar a menos de que sientan presión por parte de la sociedad civil, por lo que pidió a las universidades jesuitas unirse para que se concreten soluciones al problema de violencia en México. El padre Luis Arriaga, rector de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, señaló que es necesaria una investigación que esclarezca lo que pasó “y no estar escuchando verdades a medias o verdades construidas, como ya lo hemos visto en otros casos que se han dado en México”.