Para EU, México se queda corto contra trata
El Departamento de Estado de Estados Unidos detalló que México no ha podido cubrir los estándares mínimos para acabar con el tráfico de personas a pesar de los esfuerzos.
En el Informe Sobre el Tráfico de Personas 2022, la entidad estadounidense detalla que el gobierno “fracasó en asignar fondos a un fondo de asistencia a las víctimas, legalmente requerido” y que no se ha empleado un enfoque centrado en las víctimas. Además, el departamento expuso que los servicios que se brindan a las personas que han sufrido este crimen “eran inadecuados”.
Según lo apuntado en el documento, el gobierno tampoco “mejoró los esfuerzos para detectar indicadores de trata entre poblaciones vulnerables y remitir a las posibles víctimas a los proveedores de servicios”. Finalmente, la entidad señaló que el reclutamiento fraudulento continuó siendo una práctica generalizada, pero el gobierno no tomó pasos para responsabilizar a los reclutadores o agentes que cometen estos actos. Dentro de sus recomendaciones, el departamento consideró “aumentar los esfuerzos para investigar y enjuiciar los delitos de trata, incluido el trabajo forzoso y aquellos que involucran a funcionarios cómplices”.
La semana pasada escribí sobre la captura de Rafael Caro Quintero y la importancia simbólica que ésta tenía para la DEA. Caro Quintero ya no jugaba en las grandes ligas del narcotráfico, al menos no al nivel de el Mencho o de los principales líderes del Cártel de Sinaloa. Sin embargo, su captura era un objetivo prioritario para el gobierno de Estados Unidos. En 1985 Caro Quintero mandó asesinar al agente especial Enrique Kiki Camarena. Su detención más de tres décadas después demuestra que el gobierno norteamericano está dispuesto a llegar muy lejos para castigar a cualquiera que se meta con los suyos. Así lo confirmó, en una interesante entrevista publicada ayer, Mike Vigil, exjefe de Operaciones Internacionales de la Agencia Antidrogas: “... si alguien mata a un agente de la DEA, lo vamos a perseguir por todo el mundo, con todos los recursos y todo el esfuerzo necesario. Es muy importante enviar el mensaje a estos narcotraficantes de que si matan a uno de nuestros agentes, tarde o temprano los capturaremos”. Pareciera que AMLO quiere mandar exactamente el mensaje contrario a las instituciones mexicanas de seguridad. Lo digo a propósito del trágico fallecimiento de los 14 marinos que participaron en el operativo de captura de Caro Quintero, y que murieron cuando el helicóptero en el que viajaban se desplomó en las inmediaciones del aeropuerto de Los Mochis. Al igual que muchos otros mexicanos (y supongo que al igual que las familias de los marinos fallecidos, de quienes no conocemos la identidad), quedé un tanto perplejo cuando me enteré que AMLO no asistió al funeral oficial organizado por la Secretaría de Marina. Dentro de la tragedia humana, este acto debió haber sido un espacio para despedir con los más altos honores a las 14 personas que murieron, y para refrendar el compromiso del gobierno con todos los que ponen en riesgo su vida al servicio de la nación. No fue así. Como era previsible, la nota fue la ausencia del Presidente.
Cada vez queda más claro que la detención de Caro Quintero se hizo por iniciativa de la DEA, pero que el gobierno accedió a regañadientes o que, como el propio Vigil sugiere, el Presidente sólo tuvo conocimiento de la detención hasta el último minuto. Por eso la extraña insistencia en negar la participación de la DEA, cuando es bastante claro que la información clave para concretar la captura vino de dicha agencia. Sobre este punto cito nuevamente a Vigil: “en México, las fuerzas de seguridad no tienen los fondos para reclutar y pagar informantes. La DEA tiene estos fondos”. Así de sencillo.
El caso es que el Presidente parece no estar del todo contento con la captura, o que la quiere minimizar, o que no quiere que ésta se interprete como lo que es: un ejemplo de colaboración de México con la agenda de las agencias norteamericanas de seguridad. Pro
El Presidente parece no estar del todo contento con la captura, o que la quiere minimizar