Panistas de BJ… virtudes y defectos
Nuestras virtudes no pueden ocultar nuestros defectos. A veces los matizan, pero no necesariamente podemos expiar con las primeras la oscuridad de los segundos.
Hay una camada de panistas que de tiempo atrás se presentan a sí mismos como un grupo que sabe gobernar. Ellos exponen como argumento de tal virtud a la Benito Juárez, alcaldía que han dominado desde hace al menos 12 años.
En efecto, en diferentes parámetros sobre la calidad de servicios urbanos y de seguridad esa demarcación capitalina sale bien calificada. Así que demos por bueno que ese grupo tenía la virtud de gobernar: realidad o sólo fama, el caso es que los habitantes de ahí les elegían comicios tras comicios. Bueno, si mal no recuerdo, por su índice de desarrollo urbano alguien llamó a esa exdelegación la Copenhague de la capital.
Pero había un defecto. O –seamos precavidos y respetuosos del debido proceso– al menos una sospecha. El grupo que administraba ese territorio tuvo a lo largo del tiempo serios señalamientos por diversas irregularidades: desde pachangas que contradecían su famosa moral panista hasta singulares descuentos en transacciones inmobiliarias.
A pesar de tales señalamientos, el grupo –comandado por Jorge Romero, exdelegado en la Benito Juárez y hoy flamante (es un decir) líder de los diputados federales panistas– no sólo retuvo el control de la Benito Juárez, sino que expandió sus dominios: primero a la Asamblea Legislativa (hoy Congreso
El grupo que administraba ese territorio tuvo serios señalamientos por diversas irregularidades
capitalino) y luego al PAN federal y a San Lázaro.
El sueño de Romero, dicen en los pasillos, es llegar a la dirigencia nacional panista. Pero ese sueño podría colapsar por la decisión del gobierno capitalino de desmontar lo que la fiscalía de la ciudad ha denominado, no con mucho respeto al debido proceso, el cártel inmobiliario en Benito Juárez.
El sábado ocurrió la detención de Luis Vizcaíno Carmona, director jurídico de la Benito Juárez de 2009 a 2016. Y ayer la fiscalía capitalina anunció que buscan detener a Nicias René Aridjis Vázquez, secretario de Obras de esa demarcación de 2006 a 2018. Se les imputan presuntas operaciones inmobiliarias que superarían sus posibilidades y donde hubo descuentos inexplicables. Además de anunciar la búsqueda con fines de captura de Nicias N., el vocero de la fiscalía de la Ciudad de México, Ulises Lara, fue claro al decir que las pesquisas apuntan más allá de los dos nombres que hasta ahora se han conocido: “Tanto Luis N. como Nicias N. posiblemente contaban con el consentimiento de sus superiores jerárquicos de la alcaldía para obtener beneficios ilícitos”, dijo Lara.
Jorge Romero fue jefe delegacional de la Benito Juárez de 2012 a 2015. Pero desde antes de ese periodo era sabida su influencia en la demarcación, influencia que no mermó al concluir su mandato en la hoy alcaldía.
En las últimas semanas otros panistas mencionaban que Romero sopesaba la posibilidad de ser candidato a la Jefatura de Gobierno de la CDMX, que desde el año pasado se ve como un bastión que el lopezobradorismo podría perder.
Ya sea la presidencia del CEN panista o la candidatura de la alianza opositora en la capital, hoy el futuro luce muy lejano para Romero y su camada de panistas.
Porque uno de los que conformó el gobierno de la Benito Juárez ya está en la cárcel y otro es buscado por policías. Ni más ni menos que el jurídico y el de Obras, respectivamente. Es previsible que el ya detenido hable. Y en la fiscalía no le pedirán –ni de chiste– que explique las virtudes, sino los defectos del grupo que gobierna la Benito Juárez.
El pesimismo de las y los mexicanos con respecto a su situación y perspectivas laborales bajó en el último mes, al pasar de 37 a 31 por ciento quienes describen su estado de ánimo al respecto como malo o muy malo. En contraste, quienes lo describen como bueno o muy bueno variaron ligeramente de 41 a 42 por ciento.
Así lo revela la más reciente encuesta nacional de El Financiero, realizada en julio a mil 100 personas adultas entrevistadas vía telefónica. El pesimismo laboral llegó a registrar 50 por ciento en abril de 2020, al inicio de las medidas de confinamiento por la pandemia de Covid-19, y se mantuvo por encima de 40 por ciento hasta julio de ese año.
Por su parte, el pesimismo sobre la situación económica personal continúa predominando sobre el optimismo, según la encuesta, aunque también ha ido a la baja, al pasar de 49 a 44 por ciento entre mayo y junio, y de 44 a 42 por ciento de junio a julio.
A pesar de estas variaciones en las percepciones sobre la economía y la situación laboral personal, el pesimismo con respecto a la economía del país continúa siendo mayoritaria y sin movimientos importantes: 55 por ciento de la población entrevistada describió su estado de ánimo con respecto a