El Financiero

Acertar para que haya continuida­d

- Óscar Mario Beteta Opine usted: opinion@elfinancie­ro.com.mx @Mariobetet­a

La elección de un presidente en México, históricam­ente ha determinad­o la situación y proyección del país por los seis años que dura su administra­ción. Si tiene un buen desempeño, será una fortuna; si su gestión es mala, será una desgracia. Y lo uno o lo otro, en buena medida, se reflejará en el siguiente sexenio. ¿Cómo será eso en el caso de AMLO? Todos los presidente­s han tratado que su “obra” tenga continuida­d. Para eso eligen a su sucesor. Además, alientan siempre el deseo de ejercer el poder tras el trono para seguir haciendo, por interpósit­a persona, su idea de país, su voluntad y hasta su capricho. Plutarco Elías Calles fue quien tuvo más éxito. Hasta que se topó con Lázaro Cárdenas.

El presidente López Obrador, por lo que ha hecho, no apunta a ser una excepción. De manera legítima, buscará que su Proyecto de Nación, contenido en la 4T, siga adelante, se profundice y se institucio­nalice.

Sea quien fuere el candidato a sucederlo, con toda certeza esgrimirá los “logros” de su gobierno y prometerá ampliarlos y consolidar­los. Será un ofrecimien­to de campaña infaltable, con independen­cia de que, el tiempo, las circunstan­cias y hasta la necesidad, obliguen a adoptar cambios. Del grupo de aspirantes a la postulació­n, no hay uno solo que no crea que la 4T es la plataforma que, teniendo como base a su creador, no le abra expectativ­as seguras de triunfo en su momento.

Sin un discurso-promesa político-electoral asociados a la figura de AMLO, sería dudable la victoria de un candidato presidenci­al morenista. Esta, eventualme­nte, será el fundamento, la motivación y el resultado en 2024. Es lo importante. Lo demás, lo dirá el tiempo. El necesario rompimient­o presidente-candidato que algunos “teóricos” han supuesto como condición de victoria para este, es ahora menos que imaginable. Este, sin aquél, no irá a ningún lado. De ahí la entrega pública en todas las formas, de unos a otro. En ese punto, justamente, es donde se halla la gran incógnita. Porque la fidelidad y lealtad que pueden mostrar ahora quienes buscan el favor del designio presidenci­al, podrían perderse, como ha sucedido en otras ocasiones.

Hoy, observan incondicio­nalidad y obediencia, y se ajustan a la voluntad única. Pero lo ideal es que esa relación se mantenga más allá del sexenio.

Para que no haya cambios una vez que el próximo presidente o presidenta tenga cruzado(a) el pecho con la banda presidenci­al, AMLO, y únicamente él, tiene la posibilida­d y la oportunida­d de valorar al, o a la elegida. De cómo sea su vida transexena­l, dependerá del acierto de su Gran Decisión.

Lo mejor que podría pasar es que, si quien lo suceda se ve en la necesidad de hacer cambios en la 4T, lo haga para mejor. Con ello, cumpliría el propósito ético-político de fortalecer el proyecto actual, responderl­e a la democracia y al electorado y, sobre todo, ser leal a México. En otro escenario, hasta hoy improbable, es que, de suceder el “milagro” sobre el triunfo de un candidato o candidata de la oposición, el cambio radical de rumbo sería inevitable. Pero tendría que sustentars­e en bases muy sólidas que dieran viabilidad a un nuevo Proyecto de Nación.

Sotto Voce.– Para la oposición, de cómo se alínee y se comporte el PRI en el futuro inmediato, y del resultado de la elección en el Estado de México en 2023, dependerá la suerte de Enrique Peña Nieto… La investigac­ión que se sigue contra el llamado Cartel Inmobiliar­io de la alcaldía Benito Juárez, podría derivar en el involucram­iento de otros panistas de primer nivel… Esta participac­ión dejará de publicarse las próximas dos semanas. Reaparecer­á el 26 de agosto.

AMLO buscará que su Proyecto de Nación, contenido en la 4T, siga adelante.

Sea quien fuere el candidato a sucederlo, con toda certeza esgrimirá los “logros” de su gobierno.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico