El riesgo de ser el mayor exportador de la bebida de malta en el mundo
Sostenibilidad se refiere a desarrollarse asegurando las necesidades del presente sin comprometer aquellas del futuro, requiere de un equilibrio entre el plano ambiental, el social y el económico. Al hablar de sostenibilidad en la cerveza artesanal hay que considerar que la categoría está compuesta por una ecología de empresas, con motivaciones, formas de producir y operar particulares.
En México existen al menos mil 500 cervecerías independientes distribuidas en todo el país. Juntas representan el 0.84 por ciento de las ventas de cerveza en México (por cada 100 pesos gastados en cerveza sólo 84 centavos son en artesanal); no obstante, generan alrededor del 12 por ciento del empleo.
En general, son emprendimientos independientes financiados por familiares y amigos; acumulan una inversión histórica de más de 3 mil millones de pesos y sólo durante el 2020 se estima de casi 600 millones pesos.
En el uso de agua la cerveza industrial es más eficiente que la cerveza artesanal, con un promedio de tres litros de agua por litro producido, la artesanal ocupa de seis a 10.
La diferencia es que una fábrica de cerveza industrial es capaz de vaciar una cuenca entera en cuestión de años, y el estrés hídrico focalizado es catastrófico y es el tipo de impacto agudo que los sistemas naturales no están diseñados para aguantar.
Mientras que la cerveza artesanal está pulverizado a lo largo del país, se encuentran en la colonia donde hay escasez de agua, y se adapta; pone su sistema de captación pluvial, o sólo produce en épocas de abundancia. Las cervecerías independientes son eficientes, por eso son buenas generadoras de empleo.
Establecen relaciones cercanas con proveedores, que en su mayoría son pequeñas empresas, desde el cebadero y micromaltero, pasando por empaques, demás insumos y servicios. Cada cervecería artesanal genera una economía a su alrededor, un micromundo de agentes cooperando con un propósito compartido que emana de familias como la tuya y la mía.
En México la realidad es que, por cada litro de cerveza producido, un metro cuadrado de tierra comienza a desertificarse, que es tierra viva en proceso de convertirse en polvo tóxico.
Esto porque las semillas certificadas de cebada que deben comprar quienes venden a industriales, junto con pesticidas y fertilizantes para los que la semilla fue diseñada, ha desencadenado desertificación, y cada año cae menos lluvia y el rendimiento es menor.