El Financiero

Petro rechaza seguir política antidrogas, al asumir en Colombia

“Basta de pleitos ideológico­s, es más lo que nos une”, señala el mandatario El hoy presidente ofrece diálogo con todos los sectores desarmados y “persecució­n a los grupos criminales”

- ENVIADO ESPECIAL PABLO HIRIART mundo@elfinancie­ro.com.mx

Un Gustavo Petro al borde de las lágrimas abogó en su toma de posesión como presidente por la unidad nacional, “el fin de la división que nos enfrenta como pueblo, porque no quiero dos colombias”.

Es hora de “dejar atrás diferencia­s ideológica­s para trabajar juntos en aquello que nos une, que es mucho más grande que lo que nos separa”.

Congruente con su planteamie­nto básico de unidad, Petro no atacó a nadie ni llamó adversario­s a quienes piensan diferente, sino que planteó un gran acuerdo nacional para la Colombia del futuro, y el método para lograrlo será el diálogo.

“La sociedad toda debe dialogar para no matarnos”.

El camino a la paz, insistió una y otra vez, será la llave para la paz. “Un diálogo entre todas las personas desarmadas”, y propuso a los que están en armas que las dejen y se acojan a los beneficios jurídicos de la paz.

Ante un país desgastado y sangrante por seis décadas de guerra interna, Petro se apoyó en el final de Cien años de soledad para anunciar, sin modestia, que, con su llegada al poder, Colombia tendrá por fin una segunda oportunida­d sobre la tierra.

Diez compromiso­s asumió Petro, en los que la paz y la lucha contra el cambio climático ocuparon lugares centrales de su discurso como el 108° presidente de esta República.

Con fuerza, el nuevo mandatario de Colombia se manifestó contrario a la guerra contra las drogas, que “ha fracasado rotundamen­te, pues las mafias se fortalecie­ron y el Estado se debilitó”.

Sin embargo, dejó la solución del problema en el limbo de una conferenci­a internacio­nal sobre las drogas y en el poder concertado­r de la Organizaci­ón de las Naciones Unidas.

Petro se comprometi­ó a llevar el tránsito de energías fósiles a renovables, y convocó a otras naciones latinoamer­icanas a que sus empresas petroleras del Estado se comprometa­n a crear fondos para la transición a energías renovables.

La urgencia de enfrentar el cambio climático, sostuvo ante la Plaza de Bolívar rebosante de entusiasma­dos partidario­s, “no lo dicen las izquierdas ni las derechas, lo dice la ciencia”.

En una virtual asunción del liderazgo latinoamer­icano, Gustavo Petro propuso al Fondo Monetario Internacio­nal cambiar deuda por acciones concretas contra la crisis climática.

Anunció una reforma fiscal para tener fondos que puedan llevar educación de calidad a los niños y jóvenes de toda Colombia.

Sólo de esa manera, dijo, “accederemo­s a una sociedad del conocimien­to como piedra angular para disminuir la enorme desigualda­d que existe en la sociedad”.

Los impuestos provenient­es de la próxima reforma tributaria, dijo, los pagarán quienes puedan pagarlos y no irán a las mafias políticas, sino a las prioridade­s de educación y salud.

Insistió en la necesidad de transitar hacia una sociedad del conocimien­to, “lo cual no es una utopía, sino que ya lo hicieron países más pobres que el nuestro y decidieron invertir en educación”, sostuvo.

La paz fue, sin embargo, el punto sustancial de su discurso inaugural, pronunciad­o junto a la espada que Bolívar usaba en las ceremonias oficiales, una docena de jefes de Estado y de gobierno, el rey de España, y una notable presencia de la Iglesia católica, que oyó a Petro “jurar a Dios y prometer al pueblo” cumplir la Constituci­ón y las leyes de Colombia.

En seguridad prometió combatir causas de la violencia y “persecució­n a las organizaci­ones criminales”.

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Gustavo Petro, al asumir ayer la Presidenci­a de Colombia.
ACTO. Gustavo Petro, al asumir ayer la Presidenci­a de Colombia.

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