Automovilístico terminó con la vida de Salvador Sánchez, quien desde ese momento se consagró como una leyenda del pugilismo
HACE 40 AÑOS UN ACCIDENTE
Existe en el boxeo un inexplicable vínculo entre la grandeza y la tragedia. Son incontables los ejemplos de esta peculiar dicotomía en la carrera de un pugilista. Uno de ellos es el de Salvador Sánchez, considerado por muchos el mejor boxeador que ha dado México –nombramiento que comparte con otros grandes del pugilismo como Chávez, Olivares o el Finito López–, quien murió a los 23 años de edad, justo cuando probaba las mieles del éxito. Hoy se cumplen 40 años de aquel accidente automovilístico que terminó con la vida del famoso Sal.
Dueño de una técnica natural, agresivo e incisivo arriba del ring, pero tímido y reservado abajo del encordado, Salvador Sánchez (Santiago Tianguistenco, Edomex, 26-enero-1959) se ganó rápidamente, a base de triunfos y tremendas actuaciones, el cariño de la afición mexicana, que no dudó en colocarlo en el trono del pugilismo nacional.
La joya de la corona de las peleas de Sal (44-1-1, 32 nocauts) fue la contundente victoria contra el tres veces campeón del mundo, el boricua Wilfredo Gómez, quien para ese compromiso llegaba con un récord de 31 triunfos al hilo, todos por la vía rápida, y que no se cansó de repetir que era muy superior al púgil mexicano.
Pero la noche del 21 de agosto de 1981, en Las Vegas, Sal, que era el campeón pluma del CMB, dio una cátedra de boxeo. En ocho rounds machacó al puertorriqueño; con golpes precisos y constantes, casi siempre al contragolpe, Sánchez vapuleó a Gómez, que terminó con el rostro desfigurado por el castigo.
Otras peleas memorables de Sánchez fueron las victorias sobre Danny Coloradito López, a quien sorprendió y arrebató el cetro pluma del CMB (2 de febrero de 1980), el cual defendió en nueve ocasiones, y el triunfo sobre el ghanés Azumah Nelson, en 15 rounds, en el Madison Square Garden, de Nueva York (su última batalla).
LA TRAGEDIA
La madrugada del 12 de agosto de 1982, mientras viajaba por la carretera QuerétaroSan Luis, Sal Sánchez estrelló su Porsche 928 blanco contra una camioneta y un tractocamión, lo que provocó su muerte instantánea y la conmoción del país.
Su inesperado fallecimiento lo convirtió en una leyenda. Sal sigue siendo un referente del pugilismo mundial y se mantiene entre los consentidos de la afición mexicana, que a 40 años de su muerte no olvida a su ídolo.