Crimen organizado, política no
El crimen organizado le viene ganando desde hace años a la política desorganizada. Sin duda, los cárteles le agradecen infinitamente su incapacidad a los partidos y sus gobiernos.
tal de no ser el poder que pague los platos rotos por otros, el Judicial hace de la indecisión o la doblez su más firme postura.
Los poderes de la Unión sí saben para quién trabajan y el crimen les agradece infinitamente su incapacidad. (Por cierto, ojalá el morenista exgobernante de Baja California, Jaime Bonilla, no olvide agradecerle de algún modo al magistrado electoral José Luis Vargas, el haberlo sentado de nuevo en el Senado. El escaño no importa mucho, pero el fuero sí. Podría enviar con su agradecimiento a Amador Rodríguez Lozano, bueno para lubricar el entendimiento político.) Son los poderes de la Unión jugando a ver quién carga el costo de la ineptitud: uno, ejecutando sin preguntar; otro en huelga legislativa; y uno más eludiendo resolver litigios.
A su vez y peor aún, el gobierno y el partido en el poder juegan con la oposición a denunciar el golpe de Estado, achacando al contrario la tentación de llevarlo. De ese tamaño, la irresponsabilidad.
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Mientras el crimen organizado sigue activo en lo suyo, la clase dirigente se mueve y se mueve sin desplazarse del punto muerto donde se encuentra.
Bien sabe el Ejecutivo que el traslado de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional contradice lo establecido en la Constitución. Tan lo sabe que, desde junio del año pasado –cuando la Guardia, apenas cumplía un bienio–, anunció la intención de reformar o, si se quiere, contrarreformar la Constitución para llevar a cabo aquella operación. Empero, al carecer de la mayoría parlamen
Complementa la actitud presidencial, la postura de la oposición.
En bloque o por separado, los opositores se tiran de los cabellos ante la militarización de la seguridad como si no estuviera militarizada desde hace años. (El cinismo de Acción Nacional en esa actitud es proverbial, aunque no se ha atrevido hacer una colecta para pagar a los abogados de Genaro García Luna.) Repudian la intención presidencial de trasladar la Guardia a la Defensa mediante un decreto, pero no ofrecen retirar la moratoria constitucional y muchos menos se declaran dispuestos a parlamentar y legislar. No actúan, nomás se quejan y acusan. Se oponen sin proponer.
Sin decirlo, el Ejecutivo y el Legislativo coinciden en echar al Judicial los problemas que son incapaces de resolver o no quieren atender. Y este último no duda en apilar acciones de inconstitucionalidad, controversias constitucionales o amparos, dejando reinar a la falta de certeza jurídica
La fiesta de la irresponsabilidad continúa y el crimen la anima echando tiros no al aire.
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Es la política desorganizada el mejor respaldo del crimen organizado.