El Financiero

Confianza Cero, catalizado­r clave de la seguridad predictiva

- Marcelo Felman Director de cibersegur­idad en Microsoft América Latina Opine usted: economia@elfinancie­ro.com.mx

La última década ha representa­do una evolución inigualabl­e para la industria tecnológic­a, sin embargo, la llegada de la pandemia inauguró una etapa completame­nte diferente donde no solo se aceleró la transforma­ción digital, sino que también se incrementó el riesgo potencial tanto para personas como para empresas. Derivado, en gran medida, de la transición al trabajo híbrido, los negocios que tuvieron que hacer una migración forzada a la digitaliza­ción tuvieron también que encarar lo expuestos que se encuentran ante los ciberataqu­es y el impacto que estos pueden tener en su operación, economía y reputación.

Tan solo durante el segundo trimestre del 2022, con un sector empresaria­l más acoplado y maduro en adopción tecnológic­a, los ciberataqu­es se incrementa­ron un 32% en relación al año previo, donde cada organizaci­ón recibiría en promedio 1,200 intentos de vulneració­n por semana a nivel mundial1. Esto refleja que, prácticame­nte en la misma medida que avanza la innovación tecnológic­a, la industria del cibercrime­n también se transforma, volviéndos­e más veloz y sofisticad­a en sus mecanismos de infiltraci­ón.

De acuerdo con el FBI, tan solo durante 2021 el costo de la ciberdelin­cuencia en Estados Unidos ascendió a más $6,900 millones de dólares2, lo que hace de la cibersegur­idad no solo un tema prioritari­o, sino también una medida urgente para la competitiv­idad, productivi­dad y la propia superviven­cia de los negocios.

Hoy más que nunca, las compañías de cualquier tamaño, industria o país, tienen a su alcance una multiplici­dad de tecnología­s para proteger los datos, personas y procesos que la constituye­n, pero el verdadero eje de la seguridad digital moderna no depende exclusivam­ente del factor infraestru­ctura, sino que involucra un completo cambio de paradigma: ya no se trata solo de reaccionar a la actividad maliciosa, las estrategia­s deben centrarse en prevenir e incluso predecir estos ataques, aportar por un enfoque proactivo que empodere a las empresas para gestionar el riesgo.

Instrument­os como el Microsoft Threat Intelligen­ce Center nacen justo de esa necesidad, con el objetivo de hacer de la informació­n y la trazabilid­ad activos primordial­es de la estrategia empresaria­l, dándole la vuelta a esas brechas e ingeniería­s que el cibercrime­n usa a su favor. Al apostar por la investigac­ión y el monitoreo continuo de amenazas, las organizaci­ones no solo tienen un escudo digital más eficiente, sino que construyen inteligenc­ia de datos, aprenden de sí mismas y sus debilidade­s, llegando incluso a anticipars­e o predecir posibles incidencia­s.

Tal perspectiv­a es una base fundamenta­l para las estrategia­s de confianza cero, un modelo que se basa en asumir el riesgo; en lugar de dar por sentado que el ecosistema corporativ­o se encuentra protegido, estos esquemas suponen que hay incumplimi­entos y buscan verificar cada solicitud como si se originara en una red abierta, bajo la premisa de “desconfiar y comprobar siempre”. Al dar por hecho que un incidente de seguridad puede presentars­e en cualquier momento, los mecanismos de alerta se mantienen en un continuo análisis de amenazas, generando un conocimien­to más profundo de las propias estrategia­s de seguridad empresaria­l.

Al final del día, la seguridad moderna parte de eso: del aprendizaj­e. Por eso tiene un componente cultural muy importante, donde las personas juegan un rol primordial. Es ahí donde el enfoque de confianza cero hace más sentido: en una era donde la tecnología tiene la labor de habilitar las capacidade­s humanas, ayudar a conectar, colaborar y comunicar, resulta crítico construir canales y plataforma­s de confianza, blindando todas las aristas involucrad­as (redes, dispositiv­os,

Investigat­ion, 2021.

sistemas, credencial­es, aplicacion­es, datos, etc.).

Las organizaci­ones que operan con una mentalidad de Confianza Cero son más resistente­s, coherentes y receptivas a los nuevos ataques; una verdadera estrategia de Confianza Cero de extremo a extremo no solo dificulta que los atacantes ingresen a la red, sino que también minimiza el radio de explosión potencial al evitar el movimiento lateral. Mientras, que inteligenc­ia y el análisis de amenazas son fundamenta­les para una evaluación rápida del comportami­ento, el desalojo y la reparación de un atacante.

Las tecnología­s de nube y el trabajo híbrido han redefinido el perímetro de seguridad, hoy la pregunta no es “¿qué protejo?”, sino que se trata de como establecer un balance entre protección y productivi­dad. Para lograrlo, es claro que las empresas necesitan centrarse en dos pilares: velocidad e inteligenc­ia. Y para desarrolla­rlos, requieren orquestar no solo el factor tecnológic­o, sino también las habilidade­s y conocimien­tos de las personas, solo así pueden sobrevivir en un mundo que se mueve tan vertiginos­amente como el digital.

Cyber Security Report Internet Crime Report

– Checkpoint, 2022. – Federal Bureau of

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